Te ruego que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar en el que has prometido habitar, y cuando yo mire hacia este templo y ore, sea de noche o de día, escúchame y responde a mis peticiones.
2 Reyes 19:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Inclínate, Señor, y escucha, te lo ruego. Abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha a este hombre que desafía al Dios vivo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Inclínate, oh Señor, y escucha! ¡Abre tus ojos, oh Señor, y mira! Escucha las palabras desafiantes de Senaquerib contra el Dios viviente. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Pon atención, Yavé, óyeme, abre los ojos, Yavé, y mira! La Biblia Textual 3a Edicion Inclina tu oído, oh YHVH, y escucha; abre tus ojos, oh YHVH, y observa. Escucha las palabras que ha enviado Senaquerib para vituperar al Dios viviente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Inclina, oh Yahveh, tus oídos y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira. Escucha las palabras que Senaquerib ha enviado para escarnio del Dios vivo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Inclina, oh Jehová tu oído y escucha; abre, oh Jehová, tus ojos y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. |
Te ruego que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar en el que has prometido habitar, y cuando yo mire hacia este templo y ore, sea de noche o de día, escúchame y responde a mis peticiones.
Señor, es cierto que los reyes de Asiria han destruido a todas esas naciones
Quizás el Señor tu Dios ha oído que el Rabsaces de Asiria desafió al Dios viviente, y lo castigará. Ora por los que todavía quedamos vivos».
»Dios mío, te pido que estés vigilante y atento a todas las oraciones dirigidas a ti en este lugar.
Respóndeme pronto cuando a ti clamo; inclina tu oído y escucha el susurro de mi súplica. Sé para mí la gran roca que me protege de mis enemigos.
Álzate, oh Dios, y plantea tu causa delante de tus enemigos. Recuerda los insultos que estos rebeldes han lanzado contra ti el día entero.
Señor, véngate siete veces de nuestros vecinos por las burlas que han lanzado contra ti.
Pero quizá el Señor tu Dios haya oído la blasfemia del representante del rey de Asiria burlándose del Dios viviente. Sin duda no le dejará Dios salirse con la suya, sin duda Dios lo reprenderá por esas palabras. ¡Oh Isaías, ruega por los que hemos quedado!».
¡Oh mi Dios, pon atención y escucha mi petición! Mira toda la desgracia que estamos sufriendo, y a tu ciudad en ruinas, pues todos saben que esta es tu ciudad. No te pedimos porque creamos que merecemos tu auxilio, sino porque sabemos que tú eres misericordioso.
Consideró que era mejor sufrir la vergüenza por causa del Mesías que disfrutar de los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.