Sin embargo, no quitó los santuarios de las colinas. Pero, aun así, se mantuvo fiel al Señor.
2 Reyes 15:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero a semejanza de sus antecesores, no destruyó los santuarios situados sobre las colinas, donde el pueblo hacía sacrificios y quemaba incienso. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Con todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo sacrificaba aún y quemaba incienso en los lugares altos. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, no destruyó los santuarios paganos, y la gente siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso allí. Biblia Católica (Latinoamericana) Los Altos Lugares, sin embargo, no desaparecieron, y el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los Altos Lugares. La Biblia Textual 3a Edicion Sólo que no se abandonaron los lugares altos, pues el pueblo todavía sacrificaba° y quemaba incienso en los lugares altos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No obstante, no desaparecieron los lugares altos, de modo que el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Con todo, los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo todavía sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. |
Sin embargo, no quitó los santuarios de las colinas. Pero, aun así, se mantuvo fiel al Señor.
Siguió el buen ejemplo de su padre Asá, obedeciendo al Señor en todo, salvo en una cosa: no destruyó los santuarios paganos, de modo que el pueblo hizo sacrificios y quemó incienso en ellos.
Sin embargo, no destruyó los santuarios de las colinas, y el pueblo siguió ofreciendo allí sacrificios e incienso.
Un día el rey Joás le dijo a los sacerdotes: «Es necesario reparar el templo del Señor. Cuando alguien traiga una contribución para el Señor, ya sea una contribución regular o una donación especial, úsenla para pagar las reparaciones que sean necesarias».
Sin embargo, no destruyó los altares de las colinas, de manera que el pueblo seguía sacrificando y quemando incienso en ellos.
Azarías fue un buen rey, y agradó al Señor, tal como lo había hecho su padre Amasías.
En términos generales, Jotán fue un buen rey. Como su padre Uzías, siguió al Señor. Pero no destruyó los santuarios de las colinas, donde el pueblo hacía sacrificios y quemaba incienso. Fue durante su reinado que se construyó la puerta superior del templo del Señor.
Hizo quitar los santuarios de las colinas, derribó sus altares y destruyó los vergonzosos ídolos de la diosa Aserá. También destruyó la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque el pueblo de Israel había comenzado a adorarla y a quemarle incienso, y la llamaban Nejustán.
Seguía con entusiasmo las sendas de Dios, incluso derribó los altares paganos de los cerros y destruyó los ídolos de la diosa Aserá.
¿No comprenden que Ezequías fue quien destruyó los ídolos y los santuarios paganos, y ordenó a la gente de Judá y de Jerusalén que usen sólo un altar, y que quemen incienso solamente en él?
Cuando tenía dieciséis años, en el año octavo de su reinado, comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. Cuatro años más tarde comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los altares paganos y de las imágenes de la diosa Aserá, y de todos los ídolos que había en el país.