Fue un gran naturalista que estudió los animales, las aves, los reptiles, los peces y los árboles, desde los grandes cedros del Líbano hasta el minúsculo hisopo que crece en las grietas de las paredes.
2 Reyes 14:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero el rey Joás le respondió: «El cardo del Líbano le dijo al poderoso cedro: “Entrégame a tu hija para que sea esposa de mi hijo”. Pero luego pasó un animal salvaje y pisó al cardo, y lo destrozó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Joás rey de Israel envió a Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardo que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: Da tu hija por mujer a mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardo. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el rey Yoás de Israel respondió a Amasías, rey de Judá, con el siguiente relato: «En las montañas del Líbano, un cardo le envió un mensaje a un poderoso cedro: “Entrega a tu hija en matrimonio a mi hijo”; pero justo en ese momento, un animal salvaje del Líbano pasó por allí, ¡pisó el cardo y lo aplastó! Biblia Católica (Latinoamericana) Yoás rey de Israel mandó decir a Amasías rey de Judá: 'El espino del Líbano mandó decir al cedro del Líbano: Da tu hija a mi hijo como esposa. Pero el animal salvaje del Líbano pasó y arrasó con el espino. La Biblia Textual 3a Edicion Y Jeoás rey de Israel, envió a decir a Amasías rey de Judá: El cardo que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: Da tu hija por mujer a mi hijo; y pasó una fiera de campo del Líbano y pisoteó el cardo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Joás, rey de Israel, envió a Amasías, rey de Judá, esta respuesta: 'El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: 'Dame tu hija para esposa de mi hijo'. Pero pasaron las bestias salvajes del Líbano y pisotearon al cardo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Joás, rey de Israel, envió a Amasías, rey de Judá, esta respuesta: El cardo que estaba en el Líbano envió a decir al cedro que estaba en el Líbano: Da tu hija por esposa a mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardo. |
Fue un gran naturalista que estudió los animales, las aves, los reptiles, los peces y los árboles, desde los grandes cedros del Líbano hasta el minúsculo hisopo que crece en las grietas de las paredes.
El rey Joás le contestó con esta parábola: «En las montañas del Líbano, el cardo le dijo al cedro: “Dame a tu hija para que se case con mi hijo”. Entonces pasó un animal salvaje, pisó el cardo y lo aplastó.
Entonces Dios envió a los ejércitos asirios, los que capturaron a Manasés y se lo llevaron atado con grillos y cadenas de bronce a Babilonia.
Desde mi juventud he sido un padre para ellos; a las viudas las he guiado desde mi nacimiento.
repentinamente se le apareció el ángel del Señor, como llamas de fuego en una zarza. Cuando Moisés vio que la zarza ardía sin quemarse,
El proverbio en la boca del necio es como la espina en la mano del borracho.
Espinos cubrirán sus palacios y ortigas crecerán en sus fuertes, y se convertirá en guarida de chacales y hogar de avestruces.
Entonces yo dije: «¡Oh Señor, ellos dicen de mí: “Él sólo habla en enigmas”!».
Si logras librarte de la destrucción, Egipto te atrapará y te enterrará en Menfis. Todas tus riquezas serán cubiertas por la maleza, y tus casas abandonadas se llenarán de matorrales.
Si el pie dice: «No soy miembro del cuerpo porque no soy mano», ¿dejará por eso de ser miembro del cuerpo?
Cuando los israelitas vieron la gran cantidad de soldados enemigos, perdieron todo su valor y trataron de esconderse en cuevas, en fosos, en peñascos, en excavaciones y en cisternas.