Joyadá los armó con las lanzas y escudos que estaban guardados en el templo del Señor, y que habían pertenecido al rey David.
2 Reyes 11:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Los guardianes, con las armas preparadas, se pararon en frente del santuario y rodearon el altar, desde el lado sur hasta el lado norte, para proteger al rey. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los de la guardia se pusieron en fila, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, junto al altar y el templo, en derredor del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Los guardias del palacio se ubicaron alrededor del rey, con sus armas listas. Formaron una hilera desde el lado sur del templo hasta el lado norte y alrededor del altar. Biblia Católica (Latinoamericana) los guardias se pusieron en sus puestos, con su arma en la mano cada uno, desde el lado derecho de la Casa hasta el lado izquierdo, rodeando el altar y la Casa. La Biblia Textual 3a Edicion Y los de la escolta, cada uno con sus armas en la mano, se emplazaron desde el lado sur de la Casa hasta el lado norte,° mirando hacia el altar y la Casa, alrededor del rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los de la guardia se apostaron, cada uno con sus armas en la mano, desde el ala derecha del templo hasta la izquierda, delante del altar y el edificio, alrededor del rey. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los de la guardia se pusieron en orden, cada uno con sus armas en sus manos, desde el lado derecho del templo hasta el lado izquierdo del templo, junto al altar y el templo, alrededor del rey. |
Joyadá los armó con las lanzas y escudos que estaban guardados en el templo del Señor, y que habían pertenecido al rey David.
Entonces Joyadá sacó al joven príncipe, le puso la corona en la cabeza y le dio una copia del pacto. Luego le derramó aceite sobre la cabeza y lo declaró rey de Judá. Todos aplaudieron y gritaron: «¡Que viva el rey!».
Mientras hablaba, Salomón estaba de pie delante del pueblo sobre una plataforma en el centro del atrio exterior, frente al altar del Señor. La plataforma estaba hecha de bronce, y era de dos metros con veinte centímetros por cada lado, y un metro con treinta centímetros de alto. Luego, mientras la gente lo observaba, Salomón se arrodilló, levantó los brazos hacia el cielo, y elevó esta oración:
Luego me llevó al atrio interior del templo y allí junto a la puerta, entre el vestíbulo y el altar de bronce, había unos veinticinco hombres de espaldas al templo del Señor, mirando hacia el oriente, ¡rindiendo homenaje al sol!
Los sacerdotes, ministros de Dios, se pararán entre el pueblo y el altar, llorando, y orarán diciendo: «Señor nuestro, perdona a tu pueblo, no permitas que los paganos reinen sobre nosotros, pues tú eres también su dueño. Que no se burlen de tu pueblo los paganos, y digan: “¿Dónde está ese Dios de ellos? ¡Qué débil e inútil debe de ser!”».
Así caerá sobre ustedes la culpa de la sangre de los justos asesinados, desde Abel hasta Zacarías, el hijo de Berequías, que ustedes mataron entre el altar y el santuario.
desde la muerte de Abel hasta la de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuentas de todo esto.