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2 Crónicas 9:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

La reina de Sabá entregó al rey un obsequio de tres mil novecientos sesenta kilos de oro, y grandes cantidades de especias de incomparable calidad, e incontables joyas.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas, y piedras preciosas; nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de Sabá al rey Salomón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego le regaló al rey cuatro mil kilos de oro, grandes cantidades de especias y de piedras preciosas. Nunca antes hubo especias tan finas como las que la reina de Saba le regaló al rey Salomón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dio al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca se vieron aromas como los que la reina de Saba dio al rey Salomón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y ella dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca hubo especias aromáticas como aquellas que la reina de Sabá trajo al rey Salomón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Luego entregó al rey ciento veinte talentos de oro y gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca hubo perfumes como los que regaló la reina de Sabá al rey Salomón.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas; nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de Seba al rey Salomón.

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2 Crónicas 9:9
10 Tagairtí Cros  

Entonces Israel, su padre, finalmente les dijo: ―Si no se puede evitar, entonces por lo menos hagan esto: Carguen los burros con los mejores productos de la tierra: bálsamo, miel, especias, mirra, nueces y almendras, y llévenle todo eso a aquel hombre.


Entonces entregó al rey un presente: tres mil novecientos sesenta kilos de oro, además de grandes cantidades de especias y piedras preciosas; en realidad, fue el presente más grande de especias que el rey Salomón recibió.


Hiram le había enviado a Salomón tres mil novecientos sesenta kilos de oro.


Cuando la reina de Sabá oyó hablar de la legendaria sabiduría de Salomón, vino a Jerusalén para someterlo a prueba con preguntas difíciles. La acompañaba un séquito numeroso de ayudantes y sirvientes, y camellos cargados de especias, oro y piedras preciosas.


Las cuadrillas de trabajadores del rey Hiram y del rey Salomón traían oro de Ofir, madera de sándalo y piedras preciosas.


Cada uno de ellos le traía todos los años, como obsequio, tazones de plata y tazones de oro, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y mulas.


¡Bendito sea el Señor tu Dios! ¡Cuánto amor sentirá Dios por Israel, que le ha dado un rey justo como tú! Él quiere que su pueblo sea una nación grande y fuerte para siempre».


Los reyes de Tarsis y de las costas remotas, le darán tributo. Los reyes de Sabá y Seba, todos traerán sus obsequios.


¡Viva el rey! Que le den el oro de Sabá. Que el pueblo ore por él sin cesar, y que todos los días lo bendigan.


Estas fueron las instrucciones que el Señor le dio a Moisés acerca del incienso: «Tomarás cantidades iguales de aromas: resina, uña aromática, gálbano e incienso puro,