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2 Crónicas 9:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Salomón respondió a todas sus preguntas; no hubo nada que no conociera y que no pudiera explicar.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas, y nada hubo que Salomón no le contestase.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando se presentó ante Salomón, habló con él acerca de todo lo que ella tenía en mente. Salomón tenía respuestas para todas sus preguntas; nada le resultaba demasiado difícil de explicar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Salomón contestó todas sus preguntas sin que hubiera nada que él no pudiera explicarle.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Salomón respondió todas sus preguntas, y no hubo nada tan oscuro que Salomón no pudiera explicárselo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Salomón le resolvió todas las cuestiones; no hubo para Salomón ninguna cuestión, por muy oscura que fuese, que no pudiera resolver.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas; nada hubo tan difícil que Salomón no le pudiese responder.

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2 Crónicas 9:2
12 Tagairtí Cros  

yo te daré lo que has pedido. Te daré una sabiduría como la que nadie ha tenido antes ni tendrá después.


Dios le dio a Salomón sabiduría, entendimiento y una mente llena de muchísimos conocimientos, tantos como la arena del mar.


Cuando la reina de Sabá oyó hablar de la legendaria sabiduría de Salomón, vino a Jerusalén para someterlo a prueba con preguntas difíciles. La acompañaba un séquito numeroso de ayudantes y sirvientes, y camellos cargados de especias, oro y piedras preciosas.


Al darse cuenta de la sabiduría del rey Salomón, de la belleza del palacio que edificó


El que anda con sabios, será sabio; al que anda con necios, lo lastimarán.


Las palabras del hombre son aguas profundas; las palabras de sabiduría son como un arroyo refrescante.


Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer el secreto del reino de Dios; pero a los que están fuera se les dice todo por medio de parábolas,


Sin parábolas no les hablaba. En cambio, cuando estaba a solas con sus discípulos les explicaba todo.


Ya no les llamo sirvientes, porque el sirviente no sabe lo que hace su amo. Ahora los llamo amigos, porque les he enseñado todo lo que he oído decir a mi Padre.


En él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.


La palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que una espada de dos filos que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, y examina nuestros más íntimos pensamientos y los deseos de nuestro corazón.


Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios. Él se la dará, porque Dios da a todos en abundancia sin hacer ningún reproche.