Todos estaban conmovidos y felices por esta oportunidad de servir, y al rey David lo invadió una grande alegría.
2 Crónicas 24:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y todos los jefes y el pueblo trajeron con alegría el dinero, y lo depositaron en la caja hasta llenarla. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y todos los jefes y todo el pueblo se gozaron, y trajeron ofrendas, y las echaron en el arca hasta llenarla. Biblia Nueva Traducción Viviente Esto agradó a todos los líderes y al pueblo, y con gusto llevaron su dinero y lo pusieron en el cofre hasta llenarlo. Biblia Católica (Latinoamericana) Todos los jefes y todo el pueblo se alegraron; y traían la contribución y la echaban en la caja hasta que se llenaba. La Biblia Textual 3a Edicion Y todos los príncipes y los del pueblo se alegraron, y trajeron y echaron en el cofre hasta llenarlo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos los jefes y todo el pueblo se complacieron en ello: trajeron su contribución y la echaron en el arca hasta llenarla. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todos los príncipes y todo el pueblo se gozaron, y trajeron ofrendas, y echaron en el arca hasta llenarla. |
Todos estaban conmovidos y felices por esta oportunidad de servir, y al rey David lo invadió una grande alegría.
Cuando veían que había mucho dinero, los levitas llevaban la caja al rey, y uno de los secretarios y representantes del sumo sacerdote contaba el dinero. Luego volvían a colocar la caja en su lugar. Así lo hacían todos los días, y recogieron mucho dinero.
Entonces se pregonó en todas las ciudades de Judá y en Jerusalén que el pueblo debía traer al Señor la contribución que Moisés, siervo de Dios, había impuesto sobre Israel, cuando estaban en el desierto.
Acoges con agrado a quienes alegremente hacen el bien, a quienes van por sendas santas. Pero no somos santos; somos y hemos sido pecadores toda la vida. Por lo tanto, tu ira pesa sobre nosotros. ¿Cómo podrán salvarse las personas que son como nosotros?
Aunque los hermanos han estado pasando por grandes tribulaciones, han mezclado la extrema pobreza que padecen con el gozo extraordinario que experimentan, y como resultado, han abundado en rica generosidad.
Cada uno tiene que determinar cuánto va a dar. Que no sea con tristeza ni porque lo obliguen, porque Dios ama al que da con alegría.