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1 Timoteo 1:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Por eso, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.

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Biblia Reina Valera 1960

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Que todo el honor y toda la gloria sean para Dios por siempre y para siempre! Él es el Rey eterno, el invisible que nunca muere; solamente él es Dios. Amén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al Rey de los siglos, al Dios único que vive más allá del tiempo y de lo que se ve, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible y único° Dios, sean honor y gloria por los siglos de los siglos, amén.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Al rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único sabio Dios, sea honor y gloria por siempre jamás. Amén.

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1 Timoteo 1:17
48 Tagairtí Cros  

Tuyos son la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo cuanto hay en los cielos y en la tierra es tuyo. También el reino te pertenece, y tienes el control de todo lo que existe.


Y los levitas Jesúa, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías clamaron: «Pónganse de pie y adoren al Señor nuestro Dios, porque él vive desde la eternidad y hasta la eternidad. ¡Alaben su glorioso Nombre! Su gloria excede a cualquier bendición o alabanza.


El Señor es rey para siempre jamás. Quienes siguen a otros dioses serán borrados de su tierra.


¡Bendito por los siglos de los siglos sea el Señor, el Dios de Israel! ¡Diga todo el pueblo: «¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!».


Porque tu reino no termina jamás. Tú gobiernas generación tras generación. El Señor es fiel en todo lo que dice, él es bueno en todo lo que hace.


¡Bendigan al Señor, al Dios de Israel, cuya existencia data de un eterno pasado, y se extiende a un eterno porvenir! ¡Así sea! ¡Amén!


Mi corazón rebosa de hermosos pensamientos! Recitaré un bello poema para el rey, pues mi lengua es como la pluma de un hábil escritor.


Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; la justicia en tu mano, es un cetro real.


Que seas exaltado, oh Dios, sobre los cielos. Que tu gloria brille por toda la tierra.


Antes que los montes fueran creados, antes que la tierra fuera formada, tú eras Dios sin principio ni fin.


¡Pero el Señor es el único Dios verdadero, el Dios que está vivo y da vida, el Rey siempre poderoso! ¡Es tan poderoso que toda la tierra tiembla cuando él se enoja, el mundo prefiere esconderse cuando sabe que está enojado!


»Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, al que nadie jamás podrá conquistar. Este reino de Dios destruirá a todos estos reinos, pero él mismo permanecerá estable para siempre.


«Al cabo de los siete años yo, Nabucodonosor, alcé mi vista hacia el cielo, y recobré la razón, y elogié y rendí homenaje al Dios Altísimo y reconocí humildemente a Aquel que vive por todos los tiempos. Él gobernará para siempre, y su reino no tendrá fin.


»Ahora yo, Nabucodonosor, elogio y reconozco y respeto al Rey del cielo porque todas sus obras son rectas y buenas. Él es capaz de humillar a los orgullosos».


Le dieron la facultad de gobernar, reinar y ser tratado con gran respeto en todos los pueblos, culturas y naciones del mundo, para que siguieran sus disposiciones. Su poder es inmenso, nunca se acabará, su gobierno jamás será destruido.


Pero tú, Belén Efrata, aunque eres sólo un pequeño pueblo de Judá, serás el lugar de donde nacerá el rey que gobernará a Israel. Este rey pertenece a una familia muy antigua y su linaje se remonta hasta tiempos muy lejanos.


¡Maldito todo aquel que me promete un carnero sano de su rebaño, pero luego lo sustituye por uno enfermo! Porque yo soy el gran Rey, y no permitiré que mi gran fama sea tenida en menos en las naciones por culpa de ustedes. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


»Entonces yo, el Rey, diré a los de mi derecha: “Vengan, benditos de mi Padre. Entren al reino que está preparado para ustedes desde la fundación del mundo,


y enséñenles a obedecer los mandamientos que les he dado. De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.


No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.


A Dios nadie lo ha visto nunca; pero el Hijo único, que es Dios mismo y siempre está en unión con el Padre, nos ha enseñado cómo es, para que así lo podamos conocer.


¿Cómo van a creer, si unos a otros se rinden gloria pero no buscan la gloria del Dios único?


Desde que el mundo fue creado, la humanidad ha contemplado toda la creación que le muestra el eterno poder de Dios y el hecho de que él es verdaderamente Dios. Así, lo invisible de Dios se deja ver por medio de la creación visible, por lo que nadie podrá excusarse diciendo que no sabía si Dios existía o no.


Luego, representaron la gloria del Dios inmortal con imágenes de pájaros, de animales que andan en cuatro patas, de reptiles y de simples humanos mortales.


Porque, todo fue creado por Dios, existe por él y para él. ¡A él sea la gloria siempre! Así sea.


a Dios, el único verdaderamente sabio, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén.


Mas habrá gloria, honra y paz para los que hacen lo bueno, lo mismo para los judíos que para los gentiles,


Dará la vida eterna a quienes con paciencia hacen el bien y buscan gloria, honra y vida eterna;


Cristo es la imagen misma del Dios invisible, y existe desde antes que Dios comenzara la creación.


Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo al enojo del faraón. Y se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible.


Lo hiciste un poco inferior a los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra,


A él sea el poder para siempre. Amén.


Más bien, crezcan en el amor y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea dada la gloria ahora y hasta la eternidad! Amén.


Porque aunque nunca hemos visto a Dios, si nos amamos unos a otros Dios habita en nosotros, y su amor en nosotros crece cada día más.


y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero: «Formidables y maravillosas son tus obras, Señor, Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.


Y se unirán para pelear contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá porque es Señor de señores y Rey de reyes, y los que lo siguen son sus llamados, sus elegidos y sus fieles».


Después de esto escuché que una multitud inmensa gritaba a viva voz en el cielo: «¡Aleluya! ¡La gloria, el poder y la salvación proceden de nuestro Dios!,


En su vestidura y en un muslo tiene escrito este título: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.


Entonces escuché algo así como las voces de una gran multitud o el estruendo de una catarata, o como el retumbar de grandes truenos. Y aquella voz gritaba: «¡Alabado sea Dios! ¡El Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina!


diciendo: «¡Amén! ¡Que la bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fuerza sean de nuestro Dios para siempre! ¡Amén!».