Ciertamente me gustaría ser el juez; así cualquiera que tuviera un caso vendría a mí, y yo le haría justicia.
1 Samuel 8:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero no eran como su padre, porque eran codiciosos. Aceptaban sobornos y se corrompían en la administración de la justicia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero ellos no eran como su padre, porque codiciaban el dinero; aceptaban sobornos y pervertían la justicia. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero sus hijos no siguieron su ejemplo, se dejaron seducir por el dinero, y en vez de hacer justicia aceptaban cohechos. La Biblia Textual 3a Edicion Pero sus hijos no anduvieron en los caminos de él, sino que se inclinaron a la ganancia deshonesta, y recibieron soborno, y pervirtieron la justicia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero los hijos no siguieron los caminos de su padre, sino que se inclinaron a la avaricia, aceptaban regalos y torcieron la justicia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas sus hijos no anduvieron por sus caminos, antes se desviaron tras la avaricia, recibiendo cohecho y pervirtiendo el derecho. |
Ciertamente me gustaría ser el juez; así cualquiera que tuviera un caso vendría a mí, y yo le haría justicia.
que no cobra intereses sobre el dinero que presta y se niega a ser testigo contra el inocente por mucho que se le quiera sobornar. Una persona así permanecerá siempre firme.
Sus manos están llenas de artimañas y constantemente reciben sobornos.
»Busca a algunos hombres capaces, piadosos y honestos, que odien el soborno, y desígnalos como jueces. Nombra un juez para cada mil personas. Y él, a su vez, tendrá a su cargo diez jueces; y cada uno de estos estará a cargo de cien personas. Bajo cada uno de los jueces de cien habrá dos jueces, cada uno a cargo de cincuenta personas. Y cada uno de estos tendrá cinco jueces a su cargo, uno para cada diez personas.
»La pobreza del hombre no es razón para torcer la justicia en su contra.
»No acepten soborno, porque los inclina hacia la parcialidad y daña la causa del inocente.
Y ¿quién podrá decir si mi hijo va a ser sabio o necio? Pero todo lo que tengo irá a sus manos; ¡qué desalentador!
Tus caudillos son rebeldes, compinches de ladrones; todos son sobornables y no defienden a las viudas ni a los huérfanos.
Les voy a decir quién puede vivir aquí: todas las personas honradas y justas que rehúsan obtener ganancias mediante fraude, que refrenan sus manos de recibir soborno, que se niegan a confabular con quienes planean homicidios, que cierran los ojos a todo lo que los atraiga al mal.
Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».
No torcerás las leyes para beneficiar al rico, ni aceptarás soborno. El soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las decisiones de los jueces.
no debe ser borracho ni pendenciero, sino amable, bondadoso y sin inclinación al dinero;
porque ¡el amor al dinero es la raíz de todos los males! Hay quienes han dejado la fe por correr tras las riquezas y al fin se han causado a sí mismos muchísimos sufrimientos.
mis hijos son parte del pueblo, y yo ya estoy viejo y lleno de canas y los he estado sirviendo desde que era un niño.
Yo haré surgir un sacerdote fiel que me servirá y hará lo que yo le diga. Bendeciré a sus descendientes, y de su familia saldrán los sacerdotes que servirán ante mi rey ungido para siempre.