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1 Samuel 7:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

«Ruega a nuestro Dios para que nos salve» —suplicaban a Samuel.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«¡No dejes de rogarle al Señor nuestro Dios que nos salve de los filisteos!», le suplicaron a Samuel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dijeron entonces a Samuel: 'No dejes de suplicar a Yavé nuestro Dios por nosotros para que nos salve de las manos de los filisteos'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y los hijos de Israel dijeron a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a YHVH nuestro Dios, que nos salve de mano de los filisteos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijeron entonces los israelitas a Samuel: 'No ceses de clamar por nosotros a Yahveh, nuestro Dios, para que nos salve de la mano de los filisteos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de mano de los filisteos.

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1 Samuel 7:8
7 Tagairtí Cros  

Pero quizá el Señor tu Dios haya oído la blasfemia del representante del rey de Asiria burlándose del Dios viviente. Sin duda no le dejará Dios salirse con la suya, sin duda Dios lo reprenderá por esas palabras. ¡Oh Isaías, ruega por los que hemos quedado!».


Continuó hablando el profeta: Porque amo el monte Sion, porque mi corazón suspira por Jerusalén, no cesaré de orar por ella o de interceder por ella ante Dios hasta que resplandezca en su justicia y sea maravillosa en su salvación.


Si realmente son profetas de Dios, que le oren al Señor de los ejércitos pidiendo que las vasijas de oro que aún han quedado en el templo, y las que hay en el palacio del rey de Judá y en los palacios de Jerusalén, no sean llevadas como botín junto con ustedes a Babilonia.


y dijeron: ―¡Por favor, ora por nosotros ante el Señor tu Dios, porque como bien sabes, somos sólo un minúsculo resto de lo que fuimos!


Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.