Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




1 Samuel 30:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―Tráeme el efod —le dijo a Abiatar el sacerdote. Y Abiatar lo trajo.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces le dijo a Abiatar, el sacerdote: —¡Tráeme el efod! Así que Abiatar lo trajo

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Dijo al sacerdote Ebiatar, hijo de Ajimelec: 'Tráeme el efod'. Ebiatar trajo el efod a David.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y dijo David al sacerdote Abiatar ben Ahimelec: Te ruego que me acerques el éfod. Y Abiatar acercó el éfod a David.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo, pues, David al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélec: 'Tráeme el efod '. Y Abiatar trajo el efod a David.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



1 Samuel 30:7
8 Tagairtí Cros  

En cuanto al sacerdote Abiatar, el rey le dijo: «Regresa a tu hogar en Anatot. También deberías morir, pero no lo haré ahora. Tú transportaste el cofre del Señor durante el reinado de mi padre, y sufriste con él todas las persecuciones».


Cuando Abiatar era el sumo sacerdote, David entró en la casa de Dios y comió de los panes consagrados a Dios, que sólo los sacerdotes podían comer. Y no sólo comió él, sino que también dio a sus compañeros.


Le preguntaron al Señor: ―¿Dónde está? ¿Está entre nosotros? Y el Señor respondió: ―Está escondido entre el bagaje.


«Trae acá el cofre de Dios» —ordenó Saúl a Abías, porque el cofre estaba entre el pueblo de Israel en aquel tiempo.


Pero mientras Saúl le hablaba al sacerdote, el griterío y el tumulto entre los filisteos se hicieron aún más grandes. «Deja, ya no lo traigas» —le dijo Saúl.