Por favor, acepta mis obsequios. Dios ha sido muy misericordioso conmigo y me ha dado muchas riquezas. Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó los regalos.
1 Samuel 30:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Cuando llegaron a Siclag, envió parte del botín a los ancianos de Judá y a sus amigos. «Este es un presente para ustedes, tomado de los enemigos del Señor», les escribió. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y cuando David llegó a Siclag, envió del botín a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros del botín de los enemigos de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando llegó a Siclag, David envió parte del botín a los ancianos de Judá, quienes eran sus amigos. «Esto es un regalo para ustedes —les dijo David—, tomado de los enemigos del Señor». Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando regresó a Siclag, David envió una parte del botín a los ancianos de Judá, diciéndoles: 'Ahí tienen un regalo del botín que arrebatamos a los enemigos de Yavé'. La Biblia Textual 3a Edicion Y al llegar a Siclag, David envió parte del despojo a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros del despojo de los enemigos de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando llegó David a Sicelag, envió parte del botín a sus compañeros, los ancianos de Judá, con este mensaje: 'Ahí tenéis un presente procedente del botín de los enemigos de Yahveh'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando David llegó a Siclag, envió el despojo a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros, del despojo de los enemigos de Jehová. |
Por favor, acepta mis obsequios. Dios ha sido muy misericordioso conmigo y me ha dado muchas riquezas. Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó los regalos.
Cuando Saúl murió, David regresó a Siclag y se quedó allí dos días, después de haber derrotado a los amalecitas.
Inmediatamente él y toda su compañía volvieron a buscar al profeta. Parado humildemente ante él, Naamán le dijo: ―Ahora sé que no hay Dios en todo el mundo, sino el de Israel. Te ruego que aceptes un regalo.
Pero concede gran gozo a los que me desean el bien. Que clamen ellos con júbilo: «¡Grande es el Señor que se deleita en auxiliar a su siervo!».
Subiste a lo alto, llevando muchos cautivos contigo. Recibiste obsequios de los hombres aun de los que una vez fueron rebeldes. Dios habitará aquí entre nosotros.
Pero los buenos serán generosos con el prójimo, y Dios los bendecirá por todo lo que hacen.
Así que pedí a estos hermanos que fueran primero y se cercioraran de que el generoso donativo que ustedes prometieron ya esté listo. Así será una muestra de generosidad y no de tacañería.
Un día Saúl le dijo a David: ―Te voy a dar a Merab, mi hija mayor, como esposa. Pero primero tendrás que probar que eres un verdadero soldado que pelea las batallas del Señor. Porque Saúl pensó: «Lo enviaré contra los filisteos y ellos lo matarán y así no tendré que hacerlo yo».
Perdona mi atrevimiento al venir hasta aquí. El Señor ciertamente te recompensará haciendo que tú y tus descendientes tengan el reino, porque tú peleas las batallas del Señor y jamás se hallará maldad en ti.
Los soldados reunieron todos los rebaños de ovejas y el ganado vacuno y lo condujeron delante de ellos. ―Todo esto te pertenece; es tu recompensa —le dijeron a David.
Desde entonces David hizo de esto una ley para Israel, y aún se respeta.