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1 Samuel 30:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Tres días más tarde, cuando David y sus hombres regresaron a Siclag, encontraron que los amalecitas habían invadido el sur, atacado la ciudad y la habían quemado completamente.

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Biblia Reina Valera 1960

Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tres días después, cuando David y sus hombres llegaron a su casa en la ciudad de Siclag, encontraron que los amalecitas habían asaltado el Neguev y Siclag; habían destruido Siclag y la habían quemado hasta reducirla a cenizas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

David llegó a Siclag con sus hombres dos días después. Ahora bien, los amalecitas habían hecho una incursión por el Negueb hasta Siclag, se habían apoderado del pueblo y lo habían incendiado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Al tercer día, cuando David y sus hombres llegaron a Siclag, aconteció que los amalecitas habían hecho una incursión en el Néguev contra Siclag, y habían asolado y prendido fuego a Siclag.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando David y sus hombres llegaron al tercer día a Sicelag, ya los amalequitas habían realizado una incursión contra el Negueb y contra Sicelag. Habían expugnado Sicelag y la habían incendiado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció que cuando David y sus hombres llegaron a Siclag al tercer día, los amalecitas habían invadido el sur, y a Siclag, y habían asolado a Siclag y la habían puesto a fuego.

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1 Samuel 30:1
18 Tagairtí Cros  

Mientras tanto, Isaac, cuyo hogar estaba en el Néguev, había regresado del pozo de Lajay Roí.


Cuando Saúl murió, David regresó a Siclag y se quedó allí dos días, después de haber derrotado a los amalecitas.


Al tercer día llegó un hombre del campamento de Saúl con su ropa desgarrada y con polvo en su cabeza, en señal de dolor. Cuando estuvo delante de David, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, como muestra de respeto.


“¿Quién eres?” me preguntó. “Soy un amalecita”, le respondí.


tomaron a todos los hombres y fueron a detenerlo. Lo alcanzaron en el estanque cerca de Gabaón.


El Señor le dijo a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana a esta hora habrán muerto todos. Inutilizarás sus caballos y quemarás sus carros».


Luego Saúl destruyó a los amalecitas desde Javilá a todo lo largo del camino hasta Sur, al este de Egipto.


Capturó vivo a Agag, rey de los amalecitas, pero mató a todo el resto de la población.


Aquis le dio Siclag, que todavía pertenece a los reyes de Judá en estos días,


Por eso, levántate temprano en la mañana y déjanos en cuanto haya amanecido.


Entonces David regresó a la tierra de los filisteos, mientras el ejército filisteo seguía hacia Jezrel.


Pero los comandantes se airaron. ―Hazlo que vuelva —le exigieron—. Ellos no irán a la batalla con nosotros. Podrían volverse en contra nuestra. ¿Habrá algún modo mejor de reconciliarse con su amo que volverse contra nosotros durante la batalla?


Íbamos de regreso después de haber atacado el sur de los quereteos, de Judá y de Caleb y habíamos quemado a Siclag.