No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.
1 Samuel 29:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―¿Qué he hecho yo para merecer este trato? —preguntó David—. ¿Por qué no puedo pelear contra tus enemigos? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y David respondió a Aquis: ¿Qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu siervo desde el día que estoy contigo hasta hoy, para que yo no vaya y pelee contra los enemigos de mi señor el rey? Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Qué he hecho para merecer esto? —preguntó David—. ¿Qué ha encontrado en su siervo para que no pueda ir y pelear contra los enemigos de mi señor el rey? Biblia Católica (Latinoamericana) David dijo a Aquis: '¿Qué he hecho? ¿Qué tienes que criticarle a tu servidor desde que llegué hasta ahora para que no me permitas que combata a los enemigos del rey mi señor?' La Biblia Textual 3a Edicion Y David dijo a Aquís: ¿Qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu siervo desde el día en que estuve contigo hasta hoy, para que no vaya y combata contra los enemigos de mi señor el rey? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Replicó David a Aquís: '¿Qué he hecho yo y qué has hallado en tu siervo, desde el día en que me he presentado a ti hasta hoy, para que no me permitas ir a combatir a los enemigos de mi señor el rey?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David respondió a Aquís: ¿Qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu siervo desde el día que estoy contigo hasta hoy, para que yo no vaya y pelee contra los enemigos de mi señor el rey? |
No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.
Ahora, díganme mientras estoy delante del Señor y delante de su ungido: ¿He robado a alguien un buey o un burro? ¿He defraudado alguna vez a alguno de ustedes? ¿Los he oprimido alguna vez? ¿He recibido soborno de alguien? Díganmelo y rectificaré todo lo malo que haya hecho.
―¿Qué he hecho ahora? —contestó David—. Solamente estaba haciendo una pregunta.
Haz esto por mí, que soy tu sirviente, puesto que estamos unidos por un pacto solemne delante del Señor. Y si he pecado contra tu padre, mátame tú mismo, pero no me entregues a él.
―¿A quiénes atacaron hoy? —preguntaba Aquis. Y David respondía: ―Atacamos el sur de Judá y el sur de Jeramel y el sur de los ceneos.
―Muy bien —dijo David—. Ya verás de cuánta ayuda podemos serte. ―Si lo haces, serás mi guardaespaldas durante el resto de tu vida —le dijo Aquis.