Los labios que dicen la verdad permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un momento.
1 Samuel 27:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Como a nadie dejaban vivo, nadie podía ir a Gat y decir a dónde habían ido realmente. Esto ocurrió una y otra vez mientras David vivió entre los filisteos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ni hombre ni mujer dejaba David con vida para que viniesen a Gat; diciendo: No sea que den aviso de nosotros y digan: Esto hizo David. Y esta fue su costumbre todo el tiempo que moró en la tierra de los filisteos. Biblia Nueva Traducción Viviente Nadie quedaba con vida que pudiera ir a Gat y contar dónde él había estado de verdad. Esto sucedía una y otra vez mientras vivía entre los filisteos. Biblia Católica (Latinoamericana) David no dejaba hombre ni mujer con vida, para no tener que llevarlos a Gat, pues decía: 'No sea que hablen contra nosotros y nos denuncien a los filisteos.
Así actuó David mientras vivió entre los filisteos. La Biblia Textual 3a Edicion Y David no dejaba con vida hombre ni mujer que fuera a Gat, pues decía: No sea que ellos declaren contra nosotros, diciendo: ¡Esto hizo David! Y esa fue su costumbre todo el tiempo que habitó en tierra de los filisteos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 David no dejaba con vida ni a hombre ni a mujer, para no tener que traerlos a Gat. Pues pensaba: 'No sea que hablen contra nosotros y digan: 'Así ha obrado David''. Tal fue su proceder durante el tiempo que residió en tierra de filisteos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ni hombre ni mujer dejaba David con vida, que viniese a Gat, diciendo: Porque no den aviso de nosotros, diciendo: Esto hizo David. Y esta era su costumbre todo el tiempo que moró en tierra de los filisteos. |
Los labios que dicen la verdad permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un momento.
El temor al hombre es una trampa peligrosa, pero la confianza en el Señor trae seguridad.
David exclamó: ―Me lo temía. Cuando vi a Doeg allí, pensé que se lo diría a Saúl. He provocado la muerte de toda la familia de tu padre.
―¿A quiénes atacaron hoy? —preguntaba Aquis. Y David respondía: ―Atacamos el sur de Judá y el sur de Jeramel y el sur de los ceneos.
Aquis creía lo que David le decía, y pensaba que el pueblo de Israel debía odiarlo bastante ya. «Ahora tendrá que quedarse aquí y servirme para siempre», pensaba el rey.