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1 Samuel 26:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Y Saúl le dijo a David: ―Que Dios te bendiga, hijo mío, David. Harás proezas grandes, y serás un gran vencedor. Entonces David se marchó y Saúl regresó a su casa.

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Taispeáin Interlinear Bible

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Biblia Reina Valera 1960

Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y Saúl le dijo a David: —Bendiciones sobre tu vida, David, hijo mío. Harás muchas acciones heroicas y seguramente te irá bien en todo lo que hagas. Luego David se fue, y Saúl regresó a su casa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Saúl dijo a David: 'Bendito seas, hijo mío. Ciertamente te irá bien en todo lo que hagas'. Después de eso, David siguió su camino y Saúl se regresó a su casa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Saúl dijo a David: ¡Bendito seas tú, hijo mío David! Ciertamente serás poderoso y prevalecerás. Y David siguió por su camino y Saúl se volvió a su lugar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo entonces Saúl a David: '¡Bendito tú, hijo mío, David! En todo cuanto hagas ciertamente triunfarás'. Tomó luego David su camino, y Saúl se volvió a su lugar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda ejecutarás tú grandes empresas, y prevalecerás. Entonces David se fue su camino, y Saúl se volvió a su lugar.

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1 Samuel 26:25
10 Tagairtí Cros  

―Ese ya no será tu nombre —le dijo el varón—. A partir de hoy te llamarás Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has ganado.


No le creas, aunque te hable con dulzura, porque su corazón rebosa de abominaciones.


Pero aquel día ninguna arma que se vuelva contra ti triunfará, y se te hará justicia contra toda calumnia que se esgrima en los tribunales. Esta es la herencia de los siervos del Señor, esta es la bendición que te he dado, dice el Señor.


Sí, luchó con el ángel y lo venció. Lloró y le imploró que lo bendijera. Se encontró con Dios en Betel, y allí habló con él.


¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la pobreza, el peligro, las amenazas de muerte?


A pesar de todo, nuestra victoria es absoluta, gracias a Cristo que nos amó.


¿Quién otro dejaría escapar a su enemigo cuando lo tiene en su poder? Que el Señor te recompense bien por la bondad que me has mostrado en este día.


Y ahora comprendo que ciertamente vas a ser rey, y que Israel será tuyo y tú lo gobernarás.


Así lo prometió David. Saúl entonces regresó a su casa, pero David y sus hombres volvieron a la cueva.