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1 Samuel 23:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Saúl y David estaban ahora en laderas opuestas de una montaña. Saúl y sus hombres comenzaron a rodearlos. David hizo todo lo posible por escapar, pero, al parecer, estaba perdido.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Saúl iba por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado del monte, y se daba prisa David para escapar de Saúl; mas Saúl y sus hombres habían encerrado a David y a su gente para capturarlos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Saúl y David se encontraban en lados opuestos de una montaña. Justo cuando Saúl y sus hombres comenzaban a cercar a David y a sus hombres,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Saúl iba por un lado del cerro, y David con sus hombres, por el otro. David y sus hombres caminaban rápido para escapar de Saúl, mientras que éste y sus hombres trataban de cercar a David y a sus compañeros para apresarlos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

E iba Saúl por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado. Y David se fugó con zozobra para escapar de Saúl, pues Saúl y sus hombres habían cercado a David y a sus hombres para capturarlos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Iba Saúl por un lado de la colina, y David y sus hombres iban por el otro. David se apresuraba por escapar de Saúl, mientras éste y sus hombres procuraban cerrar el cerco en torno a David y los suyos para prenderlos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Saúl iba por un lado de la montaña, y David con sus hombres por el otro lado de la montaña: y David se daba prisa para escapar de Saúl, porque Saúl y sus hombres habían encerrado a David y a sus hombres para tomarlos.

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1 Samuel 23:26
17 Tagairtí Cros  

Al oír esto, David les dijo a todos sus oficiales que estaban con él en Jerusalén: ―¡Debemos huir de inmediato, o será demasiado tarde! Si salimos de la ciudad antes de que Absalón llegue, nos salvaremos nosotros y se salvará la ciudad de Jerusalén.


Dios nuestro, ¿no lo impedirás tú? Nosotros no podemos hacerle frente a este gran ejército. No sabemos qué hacer, pero estamos confiando en ti».


Se abalanzan contra mí, prontos a derribarme.


Protégeme de los malvados que me atacan, de los asesinos enemigos que me rodean.


Temibles enemigos me rodean, fuertes como manada de enormes toros de Basán.


Mis enemigos me rodean, me rodean como perros en jauría; me ha cercado una banda de malvados; me han traspasado las manos y los pies.


Hablé a la ligera cuando dije: «El Señor me ha abandonado», pues tú escuchaste mi plegaria y me respondiste.


Creo que deben conocer, hermanos, las tribulaciones que pasamos en Asia. Nos vimos tan aplastados bajo tanta presión, que temimos no salir de allí con vida.


Marcharán por todo lo ancho de la tierra y rodearán al pueblo de Dios y su amada ciudad. Pero Dios mandará fuego del cielo y los consumirá por completo.


Pronto se supo que había sido visto en la ciudad, y montaron guardia junto a las puertas de la ciudad para capturarlo si trataba de irse. «En la mañana —decían ellos—, cuando haya suficiente luz, lo encontraremos y le daremos muerte».


Ella lo ayudó a bajar por la ventana.


date prisa, date prisa, no esperes! El muchacho recogió la flecha y se la entregó a su señor.


Saúl fue en su busca. David se enteró y descendió a un risco que se halla en el desierto de Maón.


En esto le llegó a Saúl un mensaje en el que se le informaba que los filisteos estaban atacando nuevamente a Israel,