Cuando Dios me ordenó que saliera de la casa de mi padre, le dije a mi esposa: “Donde quiera que vayamos, me vas a hacer el favor de decir que yo soy tu hermano”.
1 Samuel 23:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Alabado sea el Señor —dijo Saúl—. ¡Por fin alguien ha tenido compasión de mí! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis tenido compasión de mí. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Que el Señor los bendiga! —les dijo Saúl—. ¡Por fin alguien se preocupa por mí! Biblia Católica (Latinoamericana) Saúl les dijo: 'Que Yavé los bendiga por haber tenido piedad de mí. La Biblia Textual 3a Edicion A lo que respondió Saúl: ¡Benditos seáis de YHVH, porque os habéis compadecido de mí! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Saúl: '¡Benditos seáis de Yahveh, pues os habéis compadecido de mí! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis tenido compasión de mí. |
Cuando Dios me ordenó que saliera de la casa de mi padre, le dije a mi esposa: “Donde quiera que vayamos, me vas a hacer el favor de decir que yo soy tu hermano”.
les envió este mensaje: «Que el Señor los bendiga por haber sido leales al rey y por haberle dado honrosa sepultura.
Estos hombres se vanaglorian de todos sus malos deseos, injurian a Dios y felicitan al ambicioso.
Escuchen las palabras de Dios, todos los que le temen y tiemblan ante sus palabras: Sus hermanos los odian y los desechan por ser leales a mi nombre. «Den gloria a Dios», dicen burlándose, «gócense en el Señor». Pero ellos serán avergonzados debido a estas burlas.
Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».
Un día le dijo a su madre: ―Aquellas mil cien monedas de plata que te habían robado, y por las cuales echaste una maldición contra el ladrón delante de mí, yo las robé. ―Dios te bendiga por confesarlo —respondió su madre—,
Cuando Samuel finalmente lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. ―El Señor te bendiga —le dijo—. Bien he cumplido con el mandamiento del Señor.
¿Es por eso que están ustedes en contra mía? Porque ninguno de ustedes me contó jamás que mi hijo, mi propio hijo, había hecho un pacto con el hijo de Isaí. Ni siquiera sienten pena por mí. ¿Se dan cuenta? ¡Mi propio hijo ha persuadido a ese siervo mío llamado David para que me aceche!
Vayan nuevamente y asegúrense de que está allí y quién lo ha visto, porque yo sé que él es muy astuto.