Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




1 Samuel 23:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces los dos hombres renovaron su pacto de amistad. David se quedó en Hores, y Jonatán regresó a su casa.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y ambos hicieron pacto delante de Jehová; y David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego los dos renovaron su pacto solemne delante del Señor. Después Jonatán regresó a su casa, mientras que David se quedó en Hores.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Ambos concluyeron un pacto ante Yavé. David se quedó en Jorsa, mientras que Jonatán regresó a su casa.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y concertaron ambos un pacto en presencia de YHVH; y David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Hicieron los dos una alianza en presencia de Yahveh; David se quedó en Jorsá y Jonatán se volvió a su casa.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ambos hicieron pacto delante de Jehová: y David se quedó en el bosque, y Jonatán se volvió a su casa.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



1 Samuel 23:18
8 Tagairtí Cros  

David perdonó a Mefiboset, el hijo de Jonatán y nieto de Saúl, a causa de la promesa que le había hecho a Jonatán;


Un día David preguntó si quedaba algún descendiente de Saúl, pues quería mostrarle misericordia, de acuerdo con lo prometido a su amigo Jonatán.


Después que el rey Saúl terminó de conversar con David,


Finalmente, Jonatán le dijo a David: ―Consuélate porque nos hemos jurado fidelidad delante de Dios y el será quien nos juzgue siempre, a nosotros y a nuestros descendientes. Entonces se separaron. David se fue por su camino y Jonatán regresó a la ciudad.


Haz esto por mí, que soy tu sirviente, puesto que estamos unidos por un pacto solemne delante del Señor. Y si he pecado contra tu padre, mátame tú mismo, pero no me entregues a él.


David se dirigió a la ciudad de Nob para ver a Ajimélec el sacerdote. Ajimélec tembló cuando lo vio. ¿Por qué vienes solo? —le preguntó—. ¿Por qué nadie te acompaña?