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1 Samuel 20:41 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

En cuanto se fue, David salió de su escondite detrás de la roca, se inclinó tres veces y se puso rostro en tierra. Luego se abrazaron al tiempo que lloraban, especialmente David.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En cuanto se fue el niño, David salió de su escondite cerca del montón de piedras y se inclinó ante Jonatán tres veces, rostro en tierra. Mientras se abrazaban y se despedían, los dos lloraban, especialmente David.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando se fue, David salió de su escondite, se echó de bruces en el suelo y se inclinó tres veces. En seguida se abrazaron y lloraron un largo rato el uno sobre el otro, pero había llegado el momento de la partida para David.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y tan pronto como se fue el mozo, David salió de la parte del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Luego, besándose el uno al otro, lloraron juntos, aunque David lloró más.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se fue el muchacho, y David se levantó de junto a la piedra y, cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Después se besaron uno al otro, sollozando ambos, aunque más David.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra: y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro, aunque David lloró más.

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1 Samuel 20:41
20 Tagairtí Cros  

Luego Jacob besó a Raquel y se echó a llorar.


Cuando Labán supo que su sobrino Jacob estaba allí, salió corriendo a recibirlo. Al verlo, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. Entonces Jacob le contó su historia.


Esaú, al verlo, corrió a su encuentro, lo abrazó afectuosamente y lo besó; y ambos se pusieron a llorar.


Y como José era el gobernador de todo Egipto y estaba a cargo de la venta del trigo, sus hermanos llegaron y, en señal de respeto, se inclinaron delante de él, hasta tocar el suelo con la frente.


―Sí —respondieron ellos—. Vive y goza de buena salud. Entonces volvieron a inclinarse delante de José.


Hizo lo mismo con cada uno de sus hermanos. Después de esto, sus hermanos hablaron con él.


Al tercer día llegó un hombre del campamento de Saúl con su ropa desgarrada y con polvo en su cabeza, en señal de dolor. Cuando estuvo delante de David, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, como muestra de respeto.


¡Lloro por ti, hermano Jonatán! ¡Te quise más que a un hermano! Y tu amistad fue para mí más grata que el amor de las mujeres.


Cuando la mujer llegó ante el rey, se arrojó con el rostro al suelo frente a él y clamó: ―¡Mi señor, por favor, ayúdeme!


Todo el pueblo cruzó el río Jordán con el rey; y después que David besó y dio su bendición a Barzilay, este regresó a su casa.


Betsabé se inclinó delante del rey, quien le preguntó: ―¿Qué quieres?


Betsabé hizo una profunda reverencia delante de él nuevamente y exclamó: ―¡Gracias, señor mío! ¡Quiera el Señor que el rey viva para siempre!


Luego se fueron despidiendo de él, abrazándolo y besándolo. No podían contener el llanto


Entonces Samuel tomó una redoma de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó en la mejilla y le dijo: ―Hago esto porque el Señor te ha señalado para que seas el rey de su pueblo, de Israel.


Jonatán le entregó el arco y las flechas, y le ordenó llevarlas a la ciudad.


gritó: ―¿Por qué prestas atención a los que dicen que trato de hacerte daño? Este mismo día comprenderás que no es cierto. El Señor te puso a mi merced aquí en la cueva, y algunos de mis hombres me dijeron que te diera muerte, pero yo no quise, porque me dije: “Jamás le haré daño alguno a mi señor porque es el ungido del Señor”.


Cuando Abigaíl vio a David, se desmontó e hizo una reverencia delante de él.