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1 Samuel 2:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Así que el pecado de estos jóvenes era muy grande delante de los ojos del Señor, porque trataban con menosprecio las ofrendas que el pueblo hacía al Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que el pecado de estos jóvenes era muy serio ante los ojos del Señor, porque trataban las ofrendas del Señor con desprecio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El pecado de esos jóvenes era muy grande a los ojos de Yavé porque desacreditaban la ofrenda que se hace a Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Así el pecado de los jóvenes era muy grave delante de YHVH, porque tales hombres menospreciaban las ofrendas de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Así, el pecado de estos jóvenes era extremadamente grande a los ojos de Yahveh, porque atraían el descrédito sobre las ofrendas a Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.

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1 Samuel 2:17
11 Tagairtí Cros  

Con la ayuda del Señor llegó a ser un cazador muy valiente. Por eso, se hizo popular decir: «Tan valiente como Nimrod, quien llegó a ser un excelente cazador porque el Señor lo ayudó».


Los habitantes de Sodoma eran muy perversos y ofendían mucho al Señor con sus horribles pecados.


Dios vio que la humanidad se había degenerado, y practicaba la violencia. La depravación llegó a tal extremo que un día Dios le dijo a Noé: «He decidido destruir a la humanidad, porque por su culpa hay mucha violencia y corrupción en la tierra. Sí, voy a destruir a toda la gente junto con lo que hay en el mundo.


Además, hizo quemar en un altar pagano a uno de sus propios hijos. Practicó la brujería y la adivinación, y consultó a espiritistas y a adivinos. En fin, hizo todo lo que el Señor desaprueba. Por eso, el Señor se enojó con él.


Es contra ti, sólo contra ti, que he pecado, y he hecho lo malo ante tus ojos. Tu sentencia contra mí es justa y tu juicio irreprochable.


La administración civil de Israel estará en completa ruina porque los judíos han hablado contra su Señor y no quieren adorarlo, ofenden su gloria.


Además ustedes bañan el altar con sus lágrimas porque el Señor no hace caso ya de sus ofrendas, y ustedes no reciben más su bendición.


¡Ay del mundo y sus maldades! La tentación es, ciertamente, inevitable, pero ¡ay de la persona que tienta!


Si el hombre que ofrecía el sacrificio decía: «Toma cuanto quieras, pero deja primero que se queme la grasa», como la ley lo exige, el siervo respondía: «No, dámela ahora, o la sacaré a la fuerza».


Le he advertido continuamente a él y a toda su familia que recibirán un castigo porque sus hijos blasfeman contra mí, y él no se les opone.