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1 Samuel 17:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―No seas tonto —contestó Saúl—. ¿Cómo puede un chiquillo como tú pelear con un hombre de ese tamaño? Tú eres tan solo un niño y él es un guerrero desde su juventud.

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Biblia Reina Valera 1960

Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¡No seas ridículo! —respondió Saúl—. ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan solo un muchacho, y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero Saúl dijo a David: 'Tú no podrás pelear con él, eres sólo un niño y él en cambio es un hombre que pelea desde su juventud'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Saúl respondió a David: No podrás ir contra ese filisteo para pelear contra él, porque tú eres un muchacho, y él es hombre de guerra desde su juventud.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió Saúl a David: 'Tú no podrás ir a combatir contra ese filisteo, porque tú eres un niño, mientras que él es un hombre de guerra desde la juventud'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres un joven, y él es un hombre de guerra desde su juventud.

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1 Samuel 17:33
7 Tagairtí Cros  

En el Señor me encuentro protegido. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye a las montañas para protegerte»?


―No podremos luchar contra un pueblo tan poderoso —respondieron los otros espías.


Estas naciones son más numerosas y poderosas que tú. Sus habitantes viven en ciudades grandes y amuralladas. Entre ellos están los famosos gigantes, descendientes de Anac, a quienes nadie ha podido vencer.


Adoraron al dragón, que le había dado el poder a la bestia, y asimismo adoraron a la bestia. «¿Quién como la bestia?» —exclamaron—. «¿Quién podrá pelear contra ella?».


Pero David insistió. ―Cuando cuido las ovejas de mi padre y un león o un oso vienen a arrebatar un cordero del rebaño,


Venía burlándose del apuesto jovencito de mejillas rosadas.


―Bien, averígualo —le dijo el rey.