Al oír esto, David se enfureció, y dijo: ―¡Juro por el Dios vivo que quien haya hecho eso, merece la muerte!
1 Samuel 14:39 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Juro por el nombre del Señor que salvó a Israel, que aunque el pecador sea mi hijo Jonatán, morirá. Nadie de la tropa le contestó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 porque vive Jehová que salva a Israel, que aunque fuere en Jonatán mi hijo, de seguro morirá. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiese. Biblia Nueva Traducción Viviente Juro por el nombre del Señor, quien rescató a Israel, que el pecador morirá, ¡aun si fuera mi propio hijo Jonatán! Pero nadie se atrevía a decirle cuál era el problema. Biblia Católica (Latinoamericana) Lo juro por la vida de Yavé que acaba de salvar a Israel: aunque sea mi hijo Jonatán el que haya pecado, morirá'. Pero nadie de todo el pueblo le respondió. La Biblia Textual 3a Edicion pues ¡vive YHVH, Salvador de Israel, que aunque esté en mi hijo Jonatán, de cierto él morirá! Pero en todo el pueblo no hubo quien le contestara. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque vive Yahveh, que ha salvado a Israel, que, aunque se trate de mi hijo Jonatán, ha de morir sin remisión'. Pero nadie del pueblo le respondió. Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque vive Jehová, que salva a Israel, que si fuere en mi hijo Jonatán, él morirá de cierto. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiese. |
Al oír esto, David se enfureció, y dijo: ―¡Juro por el Dios vivo que quien haya hecho eso, merece la muerte!
Entonces el rey llamó a Joab y le dijo: ―Bien, anda y trae a Absalón.
Buenos y malos, religiosos y descreídos, blasfemos y justos, tienen el mismo final. Parece muy injusto que sea igual el destino de todos. Por eso es que los humanos no se preocupan más del bien, sino que eligen su camino de locura, pues no tienen esperanza; al fin y al cabo lo único que les espera es la muerte.
Aquel día Saúl había declarado: «Caiga una maldición sobre cualquiera que coma algo antes de la tarde, antes que yo haya completado la venganza sobre mis enemigos».
―Jonatán y yo nos situaremos de un lado —dijo Saúl— y ustedes al otro lado. El pueblo aceptó,
―Sí, Jonatán —dijo Saúl—, deberás morir. Que Dios me mate si no eres ejecutado por esto.
Saúl halló razón en las palabras de Jonatán y juró: ―Vive el Señor que no mataré a David.
Mientras ese hombre viva, jamás llegarás a ser rey. ¡Ahora ve, encuéntralo y tráemelo, porque ese tipo merece la muerte!