Enseguida Acab se fue a comer y a beber. Pero Elías se subió a la cumbre del monte Carmelo y se arrodilló con su rostro entre las rodillas,
1 Samuel 12:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Samuel invocó al Señor, y él envió truenos y lluvia. Y el pueblo sintió mucho temor del Señor y de Samuel. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Samuel clamó a Jehová, y Jehová dio truenos y lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Samuel clamó al Señor, y ese mismo día el Señor envió truenos y lluvia. Y todo el pueblo quedó aterrado del Señor y de Samuel. Biblia Católica (Latinoamericana) Samuel invocó a Yavé y Yavé mandó ese mismo día truenos y lluvia. Todo el pueblo se llenó de temor ante Yavé y ante Samuel. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Samuel invocó a YHVH, y en aquel mismo día YHVH envió truenos y un aguacero; y todo el pueblo sintió un gran temor de YHVH y de Samuel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Samuel invocó a Yahveh, y Yahveh envió aquel día truenos y lluvia; por lo que todo el pueblo sintió gran temor delante de Yahveh y de Samuel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Samuel clamó a Jehová; y Jehová envió aquel día truenos y lluvia; y todo el pueblo temió en gran manera a Jehová y a Samuel. |
Enseguida Acab se fue a comer y a beber. Pero Elías se subió a la cumbre del monte Carmelo y se arrodilló con su rostro entre las rodillas,
Así que a los tres días, el día veinte del mes noveno, todos los hombres de Judá y de Benjamín ya habían llegado y estaban sentados en la plaza del templo. Temblaban a causa de la seriedad del asunto que los había reunido y por la lluvia intensa que caía.
Por su bondad hace que vengan las nubes, ya sea para castigar o para bendecir.
Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes, y Samuel también clamó su nombre. Ellos suplicaron al Señor su ayuda y él les respondió.
Cuando los israelitas vieron el gran milagro que el Señor había hecho por ellos contra los egipcios, temieron al Señor, y creyeron en él y en su siervo Moisés.
Mientras los hombres de Israel estaban persiguiendo y arrasando al enemigo, Josué ordenó: «Sol, deténte sobre Gabaón y, luna, permanece quieta en el valle de Ayalón».
En ese día el Señor engrandeció a Josué ante los ojos de todo Israel, y ellos lo respetaron todos los días de su vida de la misma manera que habían hecho con Moisés.