Después de haber expulsado al hombre y a la mujer, Dios puso al oriente del jardín de Edén a los querubines, y una espada encendida que giraba en todas las direcciones, para evitar que nadie pudiera llegar hasta el árbol de la vida.
1 Reyes 6:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Dentro del santuario interior, Salomón colocó dos querubines de madera de olivo, cada uno de cuatro metros y medio de alto. Fueron colocados de modo que sus alas extendidas llegaban de pared a pared y se tocaban entre sí al centro de la sala; cada ala tenía dos metros y veinticinco centímetros, de modo que cada querubín medía cuatro metros y medio de ala a ala. Los dos eran idénticos en todas sus dimensiones, y cada uno fue recubierto de oro. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura. Biblia Nueva Traducción Viviente Hizo, además, dos querubines con madera de olivo silvestre y los puso en el santuario interior; cada uno medía cuatro metros con sesenta centímetros de alto. Biblia Católica (Latinoamericana) En el Santo de los Santos puso dos Querubines de madera de olivo silvestre de cinco metros de alto. La Biblia Textual 3a Edicion Hizo también en el Santuario interior dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de alto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hizo también para el debir dos querubines de madera de olivo silvestre, de diez codos de altura. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura. |
Después de haber expulsado al hombre y a la mujer, Dios puso al oriente del jardín de Edén a los querubines, y una espada encendida que giraba en todas las direcciones, para evitar que nadie pudiera llegar hasta el árbol de la vida.
y sus dos puertas de madera de olivo fueron talladas con querubines, palmeras y flores abiertas, todo recubierto de oro.
Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño; tú que reinas sobre los querubines, ¡escucha mi súplica! ¡Muestra tu poder y resplandeciente gloria!
«¡Oh Señor Todopoderoso, Dios de Israel, entronizado por encima de los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra! Tú solo hiciste el cielo y la tierra. Escucha mi súplica, mírame orar. Mira esta carta del rey Senaquerib, pues él se ha burlado del Dios viviente.
¿Acaso no se dedican todos los ángeles a servir a Dios?, ¿acaso no los envía Dios para que ayuden a los que recibirán la salvación?
A ellos se les hizo saber que no se estaban sirviendo a ellos mismos, sino a ustedes. Los profetas hablaban de las cosas que ahora les han anunciado a ustedes los que les predicaron el evangelio con el poder del Espíritu Santo que fue enviado desde el cielo. Los mismos ángeles quisieran contemplar estas cosas.