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1 Reyes 3:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Poco después, dos prostitutas vinieron ante el rey a pedirle que pusiera fin a una disputa que había entre ellas.

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Biblia Reina Valera 1960

En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tiempo después, dos prostitutas fueron a ver al rey para resolver un asunto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Fueron dos prostitutas al tribunal del rey.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Dos mujeres prostitutas vinieron al rey y se pusieron de pie delante de él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por aquel entonces se presentaron ante al rey dos prostitutas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres que eran rameras, y se presentaron delante de él.

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1 Reyes 3:16
10 Tagairtí Cros  

Entonces Salomón despertó y comprendió que había tenido una visión en sueños. Regresó a Jerusalén y entró en el santuario. Y mientras estaba delante del cofre del pacto del Señor, ofreció holocaustos y ofrendas de paz. Luego invitó a todos sus siervos a un gran banquete.


―Señor —comenzó a hablar una de ellas—, nosotras dos vivimos en la misma casa. Yo tuve un hijo, estando esta mujer conmigo. A los tres días, ella también tuvo un hijo.


Al día siguiente, como de costumbre, Moisés se sentó desde la mañana hasta la tarde a escuchar los problemas que la gente venía a contarle. Mientras Moisés atendía a unos, los demás permanecían de pie.


Es gloria de Dios ocultar un asunto, y honra del rey investigarlo.


»No violarán la pureza de su hija haciéndola prostituta, para que la tierra no se llene de maldad.


Un día se presentaron en el santuario para hacerle una petición a Moisés, a Eleazar el sacerdote y a los dirigentes tribales que estaban allí.


»En Israel no ha de haber prostitución de mujeres ni de hombres.


Josué envió dos espías desde el campamento de Israel en Sitín para que cruzaran el río Jordán y observaran la situación en la otra orilla, especialmente en Jericó. Llegaron a la casa de una mujer llamada Rajab, que era prostituta;


Jefté era un gran guerrero de la tierra de Galaad, pero su madre era una prostituta.