Cada uno mató a un soldado sirio, y repentinamente, todos los sirios huyeron presas del pánico. Los israelitas los persiguieron, pero el rey Ben Adad y unos pocos jinetes escaparon.
1 Reyes 20:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Sin embargo, el grueso de los caballos y carros fueron capturados, y la mayor parte de los sirios murió en aquella batalla. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y salió el rey de Israel, e hirió la gente de a caballo, y los carros, y deshizo a los sirios causándoles gran estrago. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, el rey de Israel destruyó el resto de los caballos y carros de guerra y masacró a los arameos. Biblia Católica (Latinoamericana) Salió el rey de Israel, reunió a los caballos y a los carros e infligió a Aram una gran derrota. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey de Israel salió y atacó a la caballería y a los carros de guerra, ocasionando una gran derrota a los sirios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió entonces el rey de Israel y batió a la caballería y a los carros. Con ello infligió a Aram una gran derrota. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y salió el rey de Israel, e hirió la gente de a caballo, y los carros; y deshizo a los sirios con grande estrago. |
Cada uno mató a un soldado sirio, y repentinamente, todos los sirios huyeron presas del pánico. Los israelitas los persiguieron, pero el rey Ben Adad y unos pocos jinetes escaparon.
Entonces el profeta se acercó al rey Acab y le dijo: «Prepárate para otro ataque, pues el rey de Siria volverá a atacar el próximo año».
Pero esto es sólo el comienzo, porque el Señor les dará la victoria sobre los moabitas.
Pero cuando llegaron al campamento de Israel, los israelitas salieron y los atacaron. Entonces los moabitas emprendieron la huida. Los hombres de Israel avanzaron y entraron en el territorio de Moab, destruyendo todo lo que encontraban.
Josué y los hombres de Israel siguieron la matanza y exterminaron a los cinco ejércitos, salvo un pequeño grupo que logró llegar a sus ciudades fortificadas.
Destruyó a los amonitas con una terrible matanza a lo largo de todo el camino entre Aroer y Minit, incluyendo veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas. Los amonitas fueron subyugados por el pueblo de Israel.
«Síganme —les dijo—, porque el Señor ha puesto en nuestras manos a los moabitas». Los guerreros le siguieron y tomaron posesión de los vados del Jordán junto a Moab, y no dejaban a nadie cruzarlo.
Entonces los israelitas dieron un gran grito de triunfo y los persiguieron por todo el valle hasta Gat y hasta las puertas de Ecrón. Los cuerpos de los filisteos muertos y heridos quedaron regados a todo lo largo del camino a Sajarayin.
La guerra estalló poco después, David dirigió las tropas contra los filisteos, y mató a muchos de ellos haciendo huir a todo el ejército.