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1 Reyes 20:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Acab respondió: ―Y, ¿cómo lo hará? Y el profeta respondió: ―El Señor dice que lo hará por medio de los siervos de los príncipes de las provincias. ―¿Atacaremos nosotros primero? —preguntó Acab. ―Sí —respondió el profeta.

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Biblia Reina Valera 1960

Y respondió Acab: ¿Por mano de quién? Él dijo: Así ha dicho Jehová: Por mano de los siervos de los príncipes de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¿Cómo lo hará? —preguntó Acab. El profeta contestó: —Esto dice el Señor: “Lo harán las tropas de los comandantes provinciales”. —¿Debemos atacar nosotros primero? —preguntó Acab. —Sí —contestó el profeta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ajab le dijo: '¿Quién hará eso?' Le respondió: 'Yavé dijo: Los jóvenes de los jefes de provincias'. Ajab le replicó: '¿Quién iniciará el ataque?' Le respondió: 'Tú'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Acab dijo: ¿Por medio de quién? Y él dijo: Así dice YHVH: Mediante los asistentes de los capitanes de las provincias. Y dijo: ¿Quién entablará la batalla? Y él respondió: Tú.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Preguntó Ajab: '¿Y por medio de quién?'. Respondió aquél: 'Así habla Yahveh: por medio de los jóvenes que están con los gobernadores de los distritos'. Insistió Ajab: '¿Y quién debe entablar el combate?'. Respondió el profeta: 'Tú'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y respondió Acab: ¿Por mano de quién? Y él dijo: Así dice Jehová: Por mano de los jóvenes de los príncipes de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú.

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1 Reyes 20:14
8 Tagairtí Cros  

Finalmente, a la séptima vez, el siervo le dijo: ―Veo una pequeña nube, como del tamaño de una mano de hombre, que se levanta del mar. Entonces Elías gritó: ―Corre a decirle a Acab que se suba a su carro y baje de la montaña o será detenido por la lluvia.


Entonces vino un profeta a ver al rey Acab, y le dio este mensaje de parte del Señor: ―¿Ves a todos estos enemigos? Hoy los entregaré en tus manos, así no te quedará ninguna duda de que yo soy el Señor.


Entonces Acab pasó revista a los siervos de los príncipes de las provincias, que eran doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el pueblo, el cual estaba integrado por siete mil hombres.


Cuando se acercaban, los vigías de Ben Adad le informaron: ―Vienen algunos hombres.


De esa manera David venció al gigante filisteo. Como no tenía espada, corrió y sacó la del gigante de la vaina y lo mató con ella, y luego le cortó la cabeza. Cuando los filisteos vieron que su campeón había muerto, huyeron.