Te voy a convertir en una nación muy grande; te voy a bendecir, y te haré un hombre muy famoso. ¡Serás de bendición para muchas personas!
1 Reyes 15:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero a pesar del pecado de Abías, el Señor recordó el amor de David y no permitió que se acabara la dinastía de David. Por eso, permitió que Abías tuviera un hijo que se sentara sobre el trono en Jerusalén. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas por amor a David, Jehová su Dios le dio lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él, y sosteniendo a Jerusalén; Biblia Nueva Traducción Viviente pero por amor a David, el Señor su Dios permitió que sus descendientes siguieran gobernando —brillando como una lámpara—, y le dio un hijo a Abiam para que reinara en Jerusalén después de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Yavé quería conservar una lámpara a David en Jerusalén: su hijo reinó en su lugar después de él y Jerusalén fue protegida. La Biblia Textual 3a Edicion Pero por amor a David, YHVH su Dios le dio una lámpara en Jerusalem, levantando a un hijo suyo después de él, y manteniendo en pie a Jerusalem, Biblia Serafín de Ausejo 1975 No obstante, en atención a David, le concedió Yahveh, su Dios, una lámpara en Jerusalén al suscitarle un hijo que le sucediera y al mantener en pie a Jerusalén, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas por amor a David, Jehová su Dios le dio una lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él, y sosteniendo a Jerusalén: |
Te voy a convertir en una nación muy grande; te voy a bendecir, y te haré un hombre muy famoso. ¡Serás de bendición para muchas personas!
Fue así como Dios destruyó esas ciudades de la llanura donde Lot había vivido. Pero Dios se acordó de Abraham y, por eso, libró a Lot de perecer en aquella catástrofe.
Pero Abisay hijo de Sarvia corrió en su ayuda y mató al filisteo. Después de aquello, los hombres de David le juraron: «¡Nunca más saldrá con nosotros cuando haya guerra! ¿Por qué habremos de arriesgarnos a que se apague la luz de Israel?».
Sin embargo, por amor a tu padre David, no lo haré mientras estés vivo. Le quitaré el reino a tu hijo, y aun así, permitiré que sea rey de una tribu, por amor de David, y por amor de Jerusalén, mi ciudad escogida».
Pero le dejaré una tribu por amor a David mi siervo y por amor a Jerusalén, la que he escogido por sobre todas las otras ciudades de Israel.
Su hijo quedará con la tribu restante, de modo que los descendientes de David continuarán reinando en Jerusalén, la ciudad que yo escogí para que sea el lugar en que se rinda culto a mi nombre.
Sin embargo, el Señor no quería acabar con la dinastía de David, porque había hecho un pacto con él, y le había prometido que siempre uno de sus descendientes se sentaría sobre el trono de Judá.
De Sion se dirá, en efecto: «Este y aquél nacieron en ella. El Altísimo mismo la ha establecido».
¿Y qué les diremos a los cronistas? Díganles que el Señor fundó a Jerusalén y él ha resuelto que los pobres de entre su pueblo hallen refugio dentro de sus muros.
y no den tregua a Dios hasta que reestablezca a Jerusalén y haga que se le respete y admire por toda la tierra.
Su siempre creciente y pacífico reinado no acabará jamás. Gobernará con perfecta equidad y justicia desde el trono de David su padre. Traerá verdadera justicia y paz a todas las naciones del mundo. Esto ocurrirá porque el Dios Todopoderoso se ha empeñado en realizarlo.
El Señor, el Creador del cielo y de la tierra —el Señor es su nombre— dice así:
Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán contra ella.
es la luz que alumbrará a las naciones y la gloria de tu pueblo Israel».
Jesús, una vez más le habló a la gente diciendo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, porque tendrá la luz de la vida.
Hoy día muchos israelitas son enemigos de Dios, pero esto los ha beneficiado a ustedes. Sin embargo, Dios aún ama a los israelitas porque eligió a los patriarcas.
»El Señor los sacó a ustedes de Egipto con gran demostración de poder porque amó a sus antepasados y quiso bendecir a sus descendientes.
»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a anunciar estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David. Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana».