Hubo profunda tristeza en la ciudad cuando el rey y los que lo acompañaban salieron, cruzaron el arroyo de Cedrón, y se dirigieron hacia el campo.
1 Reyes 15:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Depuso a su abuela Macá, como reina madre, debido a que ella había hecho un ídolo. Asá destruyó y quemó este ídolo en el arroyo de Cedrón. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 También privó a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Además deshizo Asa el ídolo de su madre, y lo quemó junto al torrente de Cedrón. Biblia Nueva Traducción Viviente Hasta quitó a su abuela Maaca de su puesto de reina madre, porque ella había hecho un poste obsceno dedicado a la diosa Asera. Derribó el poste obsceno y lo quemó en el valle de Cedrón. Biblia Católica (Latinoamericana) Incluso quitó a su abuela Maaca la dignidad de Gran Dama, porque ella había hecho un ídolo vergonzoso en honor de Astarté; Azá derribó ese ídolo vergonzoso y lo quemó en el valle del Cedrón. La Biblia Textual 3a Edicion También depuso a su madre Maaca de ser reina madre, porque ella había hecho una abominable imagen de una asera, y Asa taló la imagen abominable y la quemó junto al arroyo de Cedrón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Incluso despojó a su abuela Maacá de su dignidad de reina madre, porque había fabricado para aserá un ídolo abominable. Cortó el ídolo abominable y lo quemó en el torrente Cedrón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y también privó a su madre Maaca de ser reina, porque había hecho un ídolo de Asera. Y Asa destruyó el ídolo y lo quemó junto al torrente de Cedrón. |
Hubo profunda tristeza en la ciudad cuando el rey y los que lo acompañaban salieron, cruzaron el arroyo de Cedrón, y se dirigieron hacia el campo.
y reinó cuarenta y un años (su abuela fue Macá, la hija de Abisalón).
y reinó tres años en Jerusalén. La madre de Abías fue Macá, hija de Abisalón. Cuando comenzó a reinar, ya Jeroboán llevaba dieciocho años reinando sobre Israel.
Ella fue a pedirle el favor al rey Salomón. El rey se puso de pie cuando ella entró y le hizo una reverencia. Ordenó que junto a su trono se colocara una silla para su madre. Y ella se sentó a su lado derecho.
Hizo quitar los santuarios de las colinas, derribó sus altares y destruyó los vergonzosos ídolos de la diosa Aserá. También destruyó la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque el pueblo de Israel había comenzado a adorarla y a quemarle incienso, y la llamaban Nejustán.
Entonces el rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías y a los demás sacerdotes y guardas del templo que destruyeran todos los instrumentos usados en la adoración a Baal, a Aserá, al sol, la luna y las estrellas. El rey hizo que todo fuera quemado en los campos del valle de Cedrón, en las afueras de Jerusalén, y llevó las cenizas a Betel.
Hizo quitar el abominable ídolo de Aserá del templo del Señor, y lo llevó a las afueras de Jerusalén, al arroyo de Cedrón. Allí lo quemó y lo redujo a polvo, y arrojó el polvo sobre la fosa común.
Salió personalmente a supervisar la destrucción de los altares de Baal, de los ídolos y de las imágenes de la diosa Aserá, todo lo cual redujo a polvo, el cual derramó sobre las tumbas de los que les habían ofrecido sacrificios.
Luego tomó el becerro, lo fundió en fuego, y cuando se enfrió el metal, lo molió hasta hacerlo polvo. Mezcló ese polvo con agua, para que el pueblo bebiera.
y destruiré los altares de los lugares altos donde adoran ídolos, derribaré sus altares de incienso, y dejaré que sus cadáveres se pudran en medio de sus ídolos. Y los aborreceré.
Y si alguien comienza nuevamente con profecías falsas, su propio padre o su madre lo matarán. “Debes morir”, le dirán, “porque has difundido mentiras como si fueran mensajes de parte del Señor”.
El que ame a su padre o madre más que a mí, no es digno de ser mío; y el que ame a su hijo o hija más que a mí, no es digno de ser mío.
Al terminar de orar, Jesús salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado había un huerto al cual entraron.
Así que dejémonos de medir a los demás por lo que el mundo piense de ellos. Y aunque a Cristo lo hayamos conocido de esa manera, ya no lo haremos más.
Ante ello, y comprendiendo que no estaban actuando rectamente, conforme a la integridad del evangelio, le dije a Pedro delante de los demás: «Tú, que eres judío, has estado portándote como si no lo fueras. ¿A qué viene ahora que, de pronto, te pongas a decirles a estos gentiles que deben vivir como si fueran judíos?
y él obedeció tus mandamientos y destruyó a muchos pecadores, aun a sus propios hijos, hermanos, padres y madres.
»Debes derribar los altares paganos, quebrar los obeliscos, destruir las imágenes de Aserá y quemar sus ídolos.
Sin perder tiempo, tomé el objeto del pecado de todos ustedes, el ídolo, y lo quemé, lo reduje a polvo y lo lancé al arroyo que descendía de la montaña.
Luego quemaron la ciudad y todo lo que había en ella, salvo lo que era de plata, oro, bronce y hierro, que fue guardado para entregarlo en la tesorería del Señor.