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1 Reyes 14:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Jeroboán le dijo a su esposa: «Disfrázate de manera que nadie pueda reconocer que eres la reina, y anda a consultar a Ahías, el profeta de Siló, el hombre que me dijo que yo sería rey.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Por eso Jeroboam le dijo a su esposa: «Disfrázate para que nadie se dé cuenta de que eres mi esposa y ve a ver al profeta Ahías en Silo, el hombre que me dijo que yo sería rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jeroboam dijo a su mujer: 'Tú debes hacer esto: disfrázate para que no sepan que eres la mujer de Jeroboam, y luego ve a Silo. Allí está el profeta Ajías que me anunció que reinaría en este pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate para que no te reconozcan como mujer de Jeroboam, y ve a Silo. Allí está el profeta Ahías, que habló de mí diciendo que yo sería rey sobre este pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y Jeroboán dijo a su mujer: 'Anda, disfrázate de modo que no se conozca que eres la esposa de Jeroboán, y vete a Siló, donde está el profeta Ajías, el mismo que me predijo que yo había de reinar sobre este pueblo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y dijo Jeroboam a su esposa: Levántate ahora, disfrázate, para que no te conozcan que eres la esposa de Jeroboam, y ve a Silo; que allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo.

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1 Reyes 14:2
12 Tagairtí Cros  

envió por una mujer de Tecoa, que tenía reputación de gran sabiduría, y le dijo que pidiera una entrevista con el rey. Pero antes de que la mujer se presentara delante del rey, Joab le dijo: ―Vístete de luto, no te eches perfume, como si estuvieras de duelo por un hijo muerto. Luego irás donde el rey y le dirás todo lo que yo te diga.


Abías, el hijo de Jeroboán, estaba muy enfermo.


Así que la esposa de Jeroboán fue a casa de Ahías, en Siló. Como el profeta era muy anciano, ya no podía ver.


El profeta esperó al rey a una orilla del camino, habiéndose vendado los ojos para disfrazarse.


Acab le dijo a Josafat: «Usa tus ropas reales, pero yo no usaré las mías, sino que me disfrazaré». Entonces Acab se disfrazó y entró en la batalla.


El rey de Israel dijo a Josafat: ―Me disfrazaré para que nadie pueda reconocerme, pero tú vístete con los trajes reales. Y así lo hicieron.


Además, sacrificó y ofreció incienso en los santuarios de otros dioses de las colinas, y debajo de todo árbol frondoso.


Porque no hay nada encubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.


Saúl se disfrazó usando vestiduras ordinarias en vez de sus túnicas reales, y se presentó ante la mujer de noche, acompañado por dos hombres. ―Quiero hablar con un hombre muerto —le rogó—. ¿Podrás hacer venir su espíritu?