En esa época, un carro de combate traído de Egipto costaba seiscientas monedas de plata, y un caballo costaba ciento cincuenta monedas de plata. Muchos eran luego vendidos a los reyes de los hititas y de los sirios.
1 Reyes 10:29 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Un carro egipcio entregado en Jerusalén costaba seiscientas piezas de plata, y los caballos, ciento cincuenta. Luego muchos de estos eran vendidos a los reyes de los hititas y de los sirios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los adquirían por mano de ellos todos los reyes de los heteos, y de Siria. Biblia Nueva Traducción Viviente En ese tiempo, un carro egipcio costaba seiscientas piezas de plata, y los caballos se vendían a ciento cincuenta piezas de plata. Después los exportaban a los reyes de los hititas y a los reyes de Aram. Biblia Católica (Latinoamericana) Un carro importado de Musur costaba seiscientas piezas de plata, y un caballo ciento cincuenta; también se los exportaba para los reyes de los Hititas y los reyes de Aram. La Biblia Textual 3a Edicion Y cada carro que entraba de Egipto costaba seiscientos siclos de plata, y cada caballo ciento cincuenta siclos. Por medio de ellos también los adquirían todos los reyes de los heteos y los reyes de Siria. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Un carro importado de Musrí costaba seiscientos siclos de plata, y un caballo ciento cincuenta. Los exportadores los traían también para todos los reyes de los hititas y para los reyes de Aram. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientos siclos de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los sacaban por mano de ellos, todos los reyes de los heteos, y de Siria. |
En esa época, un carro de combate traído de Egipto costaba seiscientas monedas de plata, y un caballo costaba ciento cincuenta monedas de plata. Muchos eran luego vendidos a los reyes de los hititas y de los sirios.
Yo envié a mis profetas para advertirles por medio de muchas visiones, parábolas y sueños».
Este es el mensaje dado por el Señor a Israel, por medio del profeta Malaquías:
desde el desierto de Néguev en el sur hasta las montañas del Líbano en el norte, y desde el mar Mediterráneo en el occidente hasta el río Éufrates en el oriente, incluyendo toda la tierra de los hititas.