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1 Reyes 1:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Y ahora, señor mío, rey mío, todo Israel espera saber su decisión, pues todos quieren que les diga quién va a reinar después de usted.

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Biblia Reina Valera 1960

Entre tanto, rey señor mío, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y ahora, mi señor el rey, todo Israel está esperando que usted anuncie quién será el próximo rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mientras tanto todo Israel tiene los ojos fijos en ti, el rey mi señor, para que tú designes a tu sucesor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y sobre ti, oh rey señor mío, están los ojos de todo Israel para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey, después de él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ahora, mi señor el rey, los ojos de todo Israel están pendientes de ti, esperando que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey, después de él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entre tanto, rey señor mío, los ojos de todo Israel están sobre ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él.

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1 Reyes 1:20
11 Tagairtí Cros  

“El Espíritu del Señor habló por mí y su palabra estuvo en mi lengua”.


Él ha celebrado su coronación sacrificando bueyes, becerros y muchas ovejas, y ha invitado a todos los hijos del rey, y también al sacerdote Abiatar y al general Joab. Pero no invitó a Salomón, que ha sido un servidor muy fiel a usted.


Si no actúa a tiempo, entonces cuando usted muera, mi hijo Salomón y yo seremos arrestados y ejecutados como delincuentes.


Recuerda que el Señor te ha elegido para que le construyas un templo como su santuario. Así que ¡con todo ánimo ponte a trabajar!».


Entonces el rey David se volvió hacia la asamblea en pleno y dijo: «Mi hijo Salomón, a quien Dios ha escogido para que sea el próximo rey de Israel, es todavía joven y sin experiencia, mientras que el trabajo que deberá afrontar es enorme, ya que el templo que va a construir no es precisamente una construcción más: ¡Es el templo destinado para el Señor!


Dios nuestro, ¿no lo impedirás tú? Nosotros no podemos hacerle frente a este gran ejército. No sabemos qué hacer, pero estamos confiando en ti».


Como el siervo mantiene la mirada en su amo, como la esclava observa la mínima señal de su ama, así dirigimos la mirada al Señor nuestro Dios, esperando su misericordia.


Continuamente buscan mis ojos el socorro que sólo tú, Señor, me ofreces, pues sólo tú puedes salvarme de las trampas de mis enemigos.


¡Pon mucha atención, Josué, delante de ti he puesto una piedra! ¡Es una piedra extraordinaria de siete lados! En ella voy a dejar grabado un mensaje. ¡En un solo día perdonaré el pecado de esta tierra! ¡Lo afirmo yo, el Señor Todopoderoso!