Porque el Señor protege los pasos de los justos; pero los pasos de los impíos conducen a la perdición.
1 Pedro 4:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero ellos tendrán que darle cuentas a Aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Biblia Nueva Traducción Viviente pero recuerden que ellos tendrán que enfrentarse con Dios, quien está listo para juzgar a todos, tanto a vivos como a muertos. Biblia Católica (Latinoamericana) pero tendrán que rendir cuentas a Aquel que está preparado para juzgar a vivos y a muertos. La Biblia Textual 3a Edicion Ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ellos rendirán cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. |
Porque el Señor protege los pasos de los justos; pero los pasos de los impíos conducen a la perdición.
Porque Dios nos juzgará por cuanto hacemos, inclusive lo oculto, sea bueno o malo.
¡Yo juzgaré a cada uno de ustedes, oh Israel, y castigaré o recompensaré a cada uno de acuerdo con sus propias acciones! ¡Oh israelitas, arrepiéntanse de sus maldades mientras aún hay tiempo!
Les aseguro que en el día del juicio van a dar cuenta de las cosas que digan descuidadamente.
Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que me dicen de ti? Prepárame un informe de tu administración, porque ya no puedes seguir siendo mi administrador”.
Él nos envió a predicar al pueblo y a testificar que él es el que Dios ha nombrado juez de todas las personas, vivas o muertas.
porque ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia por medio del varón que escogió y que acreditó al levantarlo de entre los muertos».
Pues Cristo murió y resucitó precisamente para ser nuestro Señor mientras vivamos y cuando muramos.
Por lo tanto, te doy este encargo solemne ante Dios y ante Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga en su reino:
Hermanos, no se quejen unos de otros, para que no sean juzgados, pues el juez ya está a la puerta.