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1 Crónicas 22:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Después David, por medio de un decreto, ordenó que se reuniera a todos los extranjeros que vivían en Israel. De entre estos extranjeros escogió a los que debían trabajar cortando y puliendo las piedras para el templo de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

Después mandó David que se reuniese a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y señaló de entre ellos canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

De modo que David dio órdenes para reunir a los extranjeros que vivían en Israel, y les encargó la tarea de preparar piedras talladas para construir el templo de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

David, pues, mandó reunir a los forasteros residentes en la tierra de Israel, y designó canteros para que preparasen piedras talladas para la construcción de la Casa de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y David mandó que se reuniera a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y señaló de entre ellos canteros que labraran piedras para edificar la Casa de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mandó David reunir a los extranjeros que había en la tierra de Israel y los puso de canteros que labraran piedras talladas para edificar el templo de Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y David mandó reunir a los extranjeros que estaban en la tierra de Israel, y designó albañiles para que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.

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1 Crónicas 22:2
16 Tagairtí Cros  

El rey Hiram de Tiro envió cedro, carpinteros y albañiles para edificarle un palacio a David.


Las piedras usadas en la construcción del templo eran completamente labradas en la cantera, de modo que toda la estructura fue edificada sin que se oyera sonido de martillo, de hacha o de otra herramienta en el lugar de la edificación.


Hiram, rey de Tiro, envió a David una delegación compuesta por albañiles y carpinteros, para ayudarle a construir su palacio, y, además, le proveyó mucha madera de cedro.


Entonces el rey David se volvió hacia la asamblea en pleno y dijo: «Mi hijo Salomón, a quien Dios ha escogido para que sea el próximo rey de Israel, es todavía joven y sin experiencia, mientras que el trabajo que deberá afrontar es enorme, ya que el templo que va a construir no es precisamente una construcción más: ¡Es el templo destinado para el Señor!


y comenzaremos a cortar la madera de las montañas del Líbano, en la cantidad que necesitas, y a llevártela por mar, en balsas, hasta Jope, y desde allí tú te encargarás de conducirla hasta Jerusalén».


Salomón procedió a tomar el censo de los extranjeros existentes en el país (tal como su padre David lo había hecho). Según este censo, había ciento cincuenta y tres mil seiscientos extranjeros en Israel.


Luego contrataron albañiles y carpinteros, y compraron madera de cedro de Tiro y Sidón, lo que pagaron con alimentos, vino y aceite de oliva. La madera de cedro la llevaban desde el Líbano y por el mar hasta Jope, tal como lo había ordenado el rey Ciro, de Persia.


Recuerden que en aquellos días ustedes vivían alejados del Mesías, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa. Vivían en el mundo sin Dios y sin esperanza.