en oro, plata, hierro y bronce. ¡Por lo tanto, inicia el trabajo, y que el Señor esté contigo!».
1 Crónicas 22:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Ahora pues, hijo mío, que el Señor te ayude, para que puedas construir el templo para él, y cumpla lo que ha dicho en cuanto a ti. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti. Biblia Nueva Traducción Viviente »Ahora, hijo mío, que el Señor esté contigo y te dé éxito al seguir sus instrucciones en la edificación del templo del Señor tu Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora, pues, hijo mío, que Yavé sea contigo, para que logres edificar la Casa de Yavé, tu Dios, según lo que dijo referente a ti. La Biblia Textual 3a Edicion Ahora pues, hijo mío, YHVH sea contigo para que prosperes y edifiques la Casa de YHVH tu Dios, como Él ha dicho acerca de ti. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ahora, pues, hijo mío, que Yahveh esté contigo para que prosperes y edifiques el templo de Yahveh, tu Dios, como él lo ha predicho de ti. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora pues, hijo mío, Jehová sea contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como Él ha dicho de ti. |
en oro, plata, hierro y bronce. ¡Por lo tanto, inicia el trabajo, y que el Señor esté contigo!».
Sé enérgico y valiente y pon manos a la obra —añadió—. No te amedrentes por lo grande de la tarea, porque el Señor mi Dios está contigo, y no te abandonará, y él hará que cada detalle sea llevado a feliz término.
Salomón, hijo de David, llegó a ser un rey muy poderoso, porque contaba con la ayuda del Señor su Dios.
»Y el Señor ha cumplido lo que había prometido, porque he llegado a ser rey como sucesor de mi padre, y he podido construir el templo para el Señor Dios de Israel,
Señor, concédenos paz, pues todo lo que tenemos y somos de ti procede.
«¡Miren! La virgen concebirá y tendrá un hijo y lo llamarán Emanuel» (que quiere decir «Dios está con nosotros»).
y enséñenles a obedecer los mandamientos que les he dado. De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
El Señor que me salvó de las garras del león y del oso, me salvará también de este filisteo. Saúl finalmente aceptó. ―Bien, ve —le dijo—, y que el Señor te acompañe.
Si está airado y desea matarte, que el Señor me mate si no te lo digo, para que puedas escapar. ¡Que el Señor esté contigo como estaba con mi padre!