Contigo y con tus descendientes haré un pacto que durará para siempre. Debido a este pacto, yo seré tu Dios y el Dios de tus descendientes.
1 Crónicas 16:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Hizo el nombramiento de determinados levitas para servir delante del cofre, para que alabaran y dieran gracias al Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel: Biblia Nueva Traducción Viviente David designó a los siguientes levitas para dirigir al pueblo en adoración ante el arca del Señor, para invocar sus bendiciones, para dar gracias y para alabar al Señor, Dios de Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) David estableció delante del Arca de Yavé a los levitas, cuyo servicio sería celebrar, glorificar y alabar a Yavé, Dios de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Y puso delante del Arca de YHVH ministros de los levitas para que dieran gracias, recordaran y alabaran a YHVH, Dios de Israel: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y delante del arca de Yahveh puso levitas que prestaran servicio, para que celebraran, glorificaran y alabaran a Yahveh, Dios de Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y designó a algunos de los levitas para ministrar delante del arca de Jehová, y para recordar, y dar gracias y alabar a Jehová, el Dios de Israel. |
Contigo y con tus descendientes haré un pacto que durará para siempre. Debido a este pacto, yo seré tu Dios y el Dios de tus descendientes.
―Ese ya no será tu nombre —le dijo el varón—. A partir de hoy te llamarás Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has ganado.
Allí edificó un altar y lo llamó El Elohé Israel (Dios es el Dios de Israel).
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha cumplido hoy lo que prometió a mi padre David.
El rey David había ordenado también a los principales de los levitas, que de entre sus parientes, nombraran a algunos para que entonaran cantos alegres, acompañados de arpas, liras y címbalos.
luego procedió a dar a cada persona presente, hombres y mujeres por igual, una rebanada de pan, un poco de vino y una torta de pasas.
Los nombrados fueron: Asaf, el jefe, Zacarías, Jejiyel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed Edom y Jeyel, los cuales tocaban las arpas y las cítaras, mientras que Asaf tocaba los címbalos.
«¡Den gracias al Señor y oren a él! ¡Cuéntenle a los otros pueblos las maravillas que él ha hecho!
David consultó con Sadoc, representante del clan de Eleazar, y con Ajimélec, representante del clan de Itamar, para organizar a los descendientes de Aarón en diversos grupos para servir por turnos.
David y los oficiales del santuario apartaron a Asaf, Hemán y Jedutún para que se encargaran de la música. Estos profetizaban acompañándose de arpas, liras y címbalos. La siguiente es la lista de todos los que fueron apartados para este servicio:
El rey David designó directores de canto y coros para alabar a Dios en el templo del Señor, después que el cofre fue colocado en este.
los trompetistas y los cantores comenzaron a alabar y a dar gracias al Señor, acompañados de trompetas, címbalos y demás instrumentos musicales. Y cuando entonaron a una voz el coro: «Den gracias al Señor, porque él es bueno, y su amor y su bondad son para siempre», una nube cubrió el templo del Señor. Debido a esta nube, los sacerdotes no pudieron continuar la ceremonia.
Cuando se completó la construcción de los cimientos, los sacerdotes, vestidos con sus túnicas sacerdotales, hicieron sonar las trompetas, y los descendientes de Asaf hicieron sonar sus címbalos, para alabar al Señor de la manera ordenada por el rey David.
Estos son los nombres de los jefes de los levitas: Jasabías, Serebías y Jesúa hijo de Cadmiel. Los hombres de su mismo clan los ayudaban durante las ceremonias de alabanza y acción de gracias, de acuerdo con el mandato dado por David, varón de Dios.
Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de las cosas buenas que él te da.
Recuerden las maravillas que él ha hecho, los milagros y los juicios que de él hemos recibido.
¡Bendito por los siglos de los siglos sea el Señor, el Dios de Israel! ¡Diga todo el pueblo: «¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!».
¡Que no te provoquen enojo los malvados! Ni envidies a los que hacen mal.
Bendito sea Dios, el Señor, el Dios de Israel; el único que hace maravillas.