Adán tenía ciento treinta años cuando le nació un hijo, a su imagen y semejanza, y le puso el nombre de Set. Adán vivió ochocientos años más, tuvo hijos e hijas, y murió a los novecientos treinta años de edad.
1 Corintios 15:49 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Al igual que ahora hemos llevado la imagen de Adán, un día nos pareceremos a Cristo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Biblia Nueva Traducción Viviente Al igual que ahora somos como el hombre terrenal, algún día seremos como el hombre celestial. Biblia Católica (Latinoamericana) Y del mismo modo que ahora llevamos la imagen del hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial. La Biblia Textual 3a Edicion Y así como exhibimos la imagen del terrenal, exhibiremos también la imagen del celestial. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Del mismo modo que hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del celestial. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y así como hemos llevado la imagen del terrenal, llevaremos también la imagen del celestial. |
Adán tenía ciento treinta años cuando le nació un hijo, a su imagen y semejanza, y le puso el nombre de Set. Adán vivió ochocientos años más, tuvo hijos e hijas, y murió a los novecientos treinta años de edad.
Entonces los justos brillarán como el sol en el reino del Padre. ¡El que tenga oídos, oiga!
A quienes Dios conoció de antemano, los destinó desde un principio para que sean como su Hijo, para que él sea el mayor entre muchos hermanos.
Así que todos nosotros, con el rostro descubierto, reflejamos la gloria del Señor como si fuéramos espejos. Y el Espíritu del Señor nos va transformando de gloria en gloria, y cada vez nos parecemos más a él.
Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso. Esto lo hará por medio del poder con el que domina todas las cosas.
Sí, amados míos, ahora somos hijos de Dios, y no podemos ni siquiera imaginarnos lo que vamos a ser después. Pero de algo estamos ciertos: que cuando él venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es.