¡Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán satisfechos!
1 Corintios 12:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Ustedes, por su parte, traten de obtener los mejores dones. Pero déjenme mostrarles un camino más excelente: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente. Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, ustedes deberían desear encarecidamente los dones que son de más ayuda. Pero ahora déjenme mostrarles una manera de vida que supera a todas las demás. Biblia Católica (Latinoamericana) Ustedes, con todo, aspiren a los carismas más elevados, y yo quisiera mostrarles un camino que los supera a todos. La Biblia Textual 3a Edicion Anhelad, pues, los mejores dones,° pero aun os muestro un camino más excelente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Aspirad a los dones superiores! Os voy a mostrar un camino todavía mucho más excelente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Procurad, pues, los dones mejores; mas yo os muestro un camino aun más excelente. |
¡Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán satisfechos!
Pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la va a quitar.
Si yo tengo el don de hablar en lenguas humanas o angélicas y no tengo amor, soy como un metal que resuena o un platillo que hace ruido.
¡Que el amor sea siempre para ustedes la más alta meta! Desde luego, busquen también los otros dones que da el Espíritu Santo, especialmente el don de profecía.
Así que, hermanos míos, procuren profetizar y no le prohíban a nadie hablar en lenguas.
Y ahora, pasemos a la pregunta en cuanto a si se debe comer o no lo que ha sido sacrificado a los ídolos. Es cierto que todos tenemos conocimiento. Sin embargo, el saberlo todo hace que nos sintamos orgullosos. Lo que se necesita es el amor que edifica.
Es más, todo lo considero una pérdida comparado con el supremo valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo y lo considero basura, con tal de ganar a Cristo
Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el de Caín, y por eso Dios lo declaró justo y aceptó su ofrenda. Y aunque Abel ya está muerto, su fe nos habla todavía.