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Sofonías 3:3 - Biblia Version Moderna (1929)

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces son lobos nocturnos: nada reservan hasta la mañana.

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Biblia Reina Valera 1960

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sus líderes son como leones rugientes en cacería de sus víctimas. Sus jueces son como lobos voraces al anochecer, que para la mañana no han dejado rastro de su presa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sus reyes en medio de ella son como leones que rugen; sus gobernantes son como lobos nocturnos que no guardan ni un hueso para el día siguiente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos,° que no dejan hueso para la mañana.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los príncipes que la habitan son leones rugientes; sus jueces son lobos de la noche que nada dejan por roer para mañana.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.

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Sofonías 3:3
15 Tagairtí Cros  

Cual león rugiente y oso hambriento, es el inicuo que gobierna a un pueblo pobre.


tus príncipes son rebeldes y camaradas de ladrones; cada uno de ellos ama el cohecho y corre tras las dádivas: al huérfano no hacen justicia, ni llega a ellos la querella de la viuda.


Su rugido es como de leona, y ruge como los leoncillos, y brama, y agarra la presa, y se la lleva con seguridad, sin que haya libertador.


Empero tus ojos y tu corazón están puestos solamente en tu ganancia injusta, y en la sangre inocente, para derramarla, y en la opresión y en la violencia, para practicarlas.


Porque tanto el profeta como el sacerdote son unos impíos, y aun en mi Casa he hallado su maldad, dice Jehová.


es a saber, los príncipes de Judá, y los príncipes de Jerusalem, y los eunucos, y los sacerdotes, y todo el pueblo del país, los cuales pasaron por en medio de las partes separadas del becerro.


Por tanto el león del bosque los mata; el lobo del desierto los saquea; el leopardo vigila en torno de sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será despedazado: porque sus transgresiones son muchas, y son agravadas sus reincidencias.


¶He aquí que los príncipes de Israel, cada cual según su poder, están  dentro de ti para derramar sangre.


Ponéis la confianza en vuestras  espadas, cometéis abominación, y cada uno amancilla la mujer de su prójimo, ¿y acaso vosotros habéis de poseer la tierra?


Sus caballos son más ligeros que leopardos, y más feroces son que los lobos nocturnos: sus jinetes se portan orgullosamente; también sus jinetes vienen de lejos: vuelan como águila que se apresura a devorar,