Porque verdaderamente no son mentirosas mis palabras; tienes ahora contigo uno que es sano en sus opiniones.
Proverbios 8:7 - Biblia Version Moderna (1929) Porque mi boca proferirá la verdad, y la maldad es abominación a mis labios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios. Biblia Nueva Traducción Viviente pues hablo la verdad y detesto toda clase de engaño. Biblia Católica (Latinoamericana) De mi boca brota la verdad,
porque aborrezco los discursos hipócritas. La Biblia Textual 3a Edicion Mi boca proferirá verdades, Porque la maldad es abominación para mis labios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mi boca proclama la verdad, mis labios abominan la malicia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios. |
Porque verdaderamente no son mentirosas mis palabras; tienes ahora contigo uno que es sano en sus opiniones.
Abominación a Jehová son los labios mentirosos; pero los que obran con honradez son su deleite.
Abominación a los reyes debe ser el hacer maldad; porque con la justicia se afirma el trono.
Abominación a los justos es el hombre malvado; y abominación a los inicuos, aquel que es recto en su manera de vivir.
Porque la ley por medio de Moisés fué dada; mas la gracia y la verdad por medio de Jesucristo vinieron.
Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
Pilato entonces le dijo: ¿Eres, pues, rey? Respondió Jesús: Tú dices que soy rey. Yo para esto nací, y a este intento vine al mundo,para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz.
Jesús respondió y les dijo: Aunque doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es digno de fe; porque sé de donde vine, y a donde voy; vosotros empero no sabéis de dónde vine, ni adonde voy.
Pues digo que Cristo fué hecho ministro de la circuncisión, a causa de la fidelidad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres,
¶Y al ángel de la iglesia que está en Laodicea, escribe: Estas cosas dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: