EMPERO la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que Jehová Dios había hecho; y dijo a la mujer: ¿Conque ha dicho Dios: No comeréis de ningún árbol del jardín?
Proverbios 7:10 - Biblia Version Moderna (1929) cuando, he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera, y astuta de corazón; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente La mujer se le acercó, vestida de manera seductora y con corazón astuto. Biblia Católica (Latinoamericana) De repente, sale ella a su encuentro, vestida como prostituta y tapada con un velo. La Biblia Textual 3a Edicion La mujer sale a su encuentro, Taimada de corazón, ataviada de ramera, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces la mujer sale a su encuentro, como una cortesana, cubierta con un velo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón, |
EMPERO la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que Jehová Dios había hecho; y dijo a la mujer: ¿Conque ha dicho Dios: No comeréis de ningún árbol del jardín?
Y aconteció que cuando Joram vió a Jehú, le dijo: ¿Hay paz, Jehú? A lo que él respondió: ¿Qué paz, mientras duren las fornicaciones de Jezabel, tu madre, y sus muchas hechicerías?
¶Entró pues Jehú en Jezreel. Y cuando oyó Jezabel lo sucedido, se pintó los ojos con antimonio, y adornando su cabeza, se puso a mirar desde una ventana.
Más aún, ella se pone en acecho, cual salteador de caminos, y aumenta los prevaricadores entre los hombres.
¡Toma la cítara, da la vuelta por la ciudad, oh ramera olvidada! ¡toca bien, canta muchas canciones, para que se acuerde de ti!
Y tú, una vez desolada, ¿qué harás? Aunque te vistas de escarlata, aunque te engalanes de adornos de oro, aunque te pintes los ojos con antimonio, en vano querrás embellecerte: te desprecian tus amantes; buscan tu vida.
Asimismo, que asistan las mujeres en traje modesto, adornándose con recato y sobriedad; no con cabellos trenzados, y oro, o perlas, o vestidos costosos,