Te amonesto; porque en balde se tiende el lazo ante la vista de cualquier ave;
Proverbios 6:6 - Biblia Version Moderna (1929) ¡Vé a la hormiga, oh perezoso, considera sus caminos, y sé sabio! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; Biblia Nueva Traducción Viviente Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas. ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio! Biblia Católica (Latinoamericana) Flojo, anda a ver a la hormiga, mira cómo se mueve y se hace sabia. La Biblia Textual 3a Edicion Observa a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fíjate en la hormiga, perezoso; mira su conducta y hazte sabio: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; |
Te amonesto; porque en balde se tiende el lazo ante la vista de cualquier ave;
Como vinagre a los dientes, y como humo a los ojos, así es el perezoso a los que le envían.
Pobre permanece aquel que trabaja con mano negligente; pero la mano de los diligentes enriquece.
El alma del perezoso desea, y nada tiene; pero el alma de los diligentes engordará.
El camino del perezoso es como un seto de espinos; pero la vía de los justos es como una calzada.
También el que es flojo en su trabajo hermano es de aquel que maltrata su hacienda.
La pereza hunde en un sueño profundo; y el alma negligente padecerá hambre.
El perezoso mete la ameno en el puchero, y ni aun a su boca la vuelve a llevar.
El perezoso no quiere arar a causa del invierno; por lo mismo mendigará en la siega, y nada tendrá.
Cuatro cosas hay muy pequeñas en la tierra y con todo, ellas son las más sabias entre los sabios:
Las hormigas son un pueblo no fuerte, mas preparan en el verano su bastimento:
¿Hasta cuándo, oh perezoso, te estarás acostado? ¿cuándo te levantarás de tu sueño?
El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su amo; Israel empero no conoce a su Señor; mi pueblo no considera.
Aun la cigüeña en los cielos conoce sus épocas determinadas, y la tórtola y la golondrina y la grulla observan el tiempo de su venida; mas mi pueblo no conoce el reglamento de Jehová.
Respondiendo su señor, le dijo: ¡Siervo malvado y perezoso! sabías que siego donde no sembré, y cosecho donde no esparcí:
Mirad las aves del cielo, cómo ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta: ¿no valéis vosotros mucho más que ellas?
no perezosos en los quehaceres; fervorosos en espíritu, sirviendo al Señor;
que no seáis indolentes, sino imitadores de aquellos que, por medio de la fe y la paciencia, heredan las promesas.