Ahora pues, ven, permíteme que te aconseje, para que puedas salvar tu vida y la vida de tu hijo Salomón.
Proverbios 27:9 - Biblia Version Moderna (1929) El ungüento y el perfume alegran el corazón; y así la dulzura del amigo, más que su cordial consejo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente El perfume y el incienso alegran el corazón, y el dulce consejo de un amigo es mejor que la confianza propia. Biblia Católica (Latinoamericana) El aceite y los perfumes alegran el corazón, la dulzura de la amistad reconforta el alma. La Biblia Textual 3a Edicion Los óleos y los perfumes alegran el corazón, Y el consejo del amigo endulza el alma. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El perfume y el incienso alegran el corazón, la dulzura de la amistad alivia el alma. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo. |
Ahora pues, ven, permíteme que te aconseje, para que puedas salvar tu vida y la vida de tu hijo Salomón.
y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite para hacer relucir su rostro, y el pan que fortalece el corazón del hombre.
Es como la unción olorosa sobre la cabeza, que descendió sobre la barba, la barba de Aarón; que descendió hasta las faldas de sus vestiduras.
Hiérame el justo; será para mí un favor; corríjame también; me será como ungüento para la cabeza; no lo rehusará mi cabeza, aunque se repita: pero mi oración se elevará contra las maldades de aquellos.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis adversarios: unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
El hombre tiene gozo en la respuesta acertada de su boca; y ¡cuán buena es la palabra que se dice oportunamente!
El sabio de corazón será llamado entendido; y la dulzura de los labios aumenta el saber
Tus ungüentos son gratos al olfato; tu nombre es como ungüento derramado; por eso las doncellas te aman.
¿Quién es ésta, que viene subiendo del desierto, como columnas de humo, perfumada con mirra y olíbano, y con todos los polvos aromáticos del traficante?
¡Cuán hermosas son tus caricias, hermana mía, esposa mía! cuánto mejores son tus caricias que el vino, y el olor de tus ungüentos que todos los aromas!
Entonces María, tomando una libra de ungüento de nardo puro, muy precioso, ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos: y se llenó la casa del olor del ungüento.
y de allí los hermanos, habiendo oído hablar de nosotros, vinieron a encontrarnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; viendo a los cuales, Pablo dió gracias a Dios, y cobró buen ánimo.
Mas el olivo les contestó: ¿Tengo acaso de dejar mi grosura, con la cual en mí se honra a Dios y a los hombres, por ir a ondular sobre los árboles?