Como quien agarra por las orejas a un perro, así es aquel que va pasando, y se mete en la riña ajena.
El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno Es como el que toma al perro por las orejas.
Entrometerse en los pleitos ajenos es tan necio como jalarle las orejas a un perro.
¿Meterse en las peleas de otro? ¡Es mejor agarrar por las orejas a un perro que pasa!
Agarra un perro por las orejas, Quien se mete en pleito ajeno.
Tomar por las orejas a un perro que pasa: tal es meterse en litigio ajeno.
El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas.
El inicuo no busca más que rebelión; por tanto un mensajero cruel será enviado contra él.
Los labios del insensato se meten en las disputas, y su boca incita a las heridas.
Es la honra de un hombre guardarse de reyertas; pero todos los necios se meten en pendencias.
Como un loco furioso que arroja teas encendidas, flechas y muerte;
No tengas pleito con nadie sin causa, cuando no te ha hecho ningún mal.
Mas él le dijo: Hombre ¿quién me ha puesto a mí sobre vosotros por juez o repartidor?