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Proverbios 20:6 - Biblia Version Moderna (1929)

Son muchos los que pregonan cada cual su propia bondad; ¿mas quién hallará al hombre fiel?

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Biblia Reina Valera 1960

Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Muchos se dicen ser amigos fieles, ¿pero quién podrá encontrar uno realmente digno de confianza?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

De mucha gente se dice que son buenos, pero ¿quién hallará a un hombre fiel?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Muchos proclaman sus propias bondades, Pero un hombre de fiar, ¿quién lo hallará?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Muchos hombres se proclaman amigos; pero un hombre fiel, ¿quién lo hallará?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad; pero hombre fiel ¿quién lo hallará?

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Proverbios 20:6
16 Tagairtí Cros  

¡SALVA, Jehová, porque se acaban los piadosos; porque desaparecen los fieles de entre los hijos de los hombres!


Cada uno habla mentira con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.


Como aguas profundas son los designios en el corazón de un hombre; mas el varón de entendimiento sabrá sacarlos.


Como nube y viento que no traen lluvia, así es el hombre que se jacta falsamente de dadivoso.


Alábete otro, y no tu misma boca, el extraño, y no tus mismos labios.


lo cual todavía lo está buscando mi alma sin poderlo encontrar: Un hombre entre mil personas he hallado; pero una mujer entre todas éstas, no la he hallado.


¡RECORRED las calles de Jerusalem, y mirad, y reconoced, y buscad por sus plazas, a ver si podéis encontrar un hombre; si hay uno solo que obre justicia, que busque la verdad; y yo la perdonaré!


¡AY de mí, dice Sión, porque estoy como cuando se han recogido las frutas de verano, como cuando se ha rebuscado la vendimia; no hay ya racimo que comer; desea mi alma los higos tempranos!


El hombre piadoso perecido ha de la tierra, y no hay ya recto entre los hombres; todos ellos ponen asechanzas para derramar la sangre, cazan cada cual a su hermano con una red;


Mas tú, cuando haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, de modo que tengan gloria de los hombres.  En verdad os digo:  Ya tienen su galardón.


El fariseo se puso en pie, y oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni siquiera como este publicano.


Pedro entonces dijo: He aquí nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.


Yo os digo que defenderá su causa presto. Sin embargo, cuando viniere el Hijo del hombre, ¿hallará fe sobre la tierra?


A lo que dijo él: Señor, dispuesto estoy para ir contigo a la cárcel, y a la muerte.


Jesús vió a Natanael que venía hacia él, y dijo de él: He aquí verdaderamente un israelita, en quien no hay engaño.


¶¡Me he hecho un insensato! vosotros me compelisteis; pues yo debiera haber sido encomiado por vosotros: porque en nada he sido inferior a los más eminentes apóstoles; aunque nada soy.