Tú has oído el anhelo de los humildes, oh Jehová; sosegarás su corazón, harás atento tu oído,
Proverbios 11:23 - Biblia Version Moderna (1929) El deseo de los justos es solamente para bien; pero lo que espera a los malos es la ira. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El deseo de los justos es solamente el bien; Mas la esperanza de los impíos es el enojo. Biblia Nueva Traducción Viviente Los justos pueden esperar una recompensa, mientras que a los perversos solo les espera juicio. Biblia Católica (Latinoamericana) Los justos no desean sino el bien, los malos también tienen sus esperanzas, pero van al fracaso. La Biblia Textual 3a Edicion El anhelo de los justos es sólo el bien, Pero la expectativa de los impíos es la ira. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El deseo de los justos tiende al bien; a los malvados les aguarda la cólera. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El deseo de los justos es solamente el bien; mas la esperanza de los impíos es el enojo. |
Tú has oído el anhelo de los humildes, oh Jehová; sosegarás su corazón, harás atento tu oído,
Con todo mi corazón te he buscado; ¡no permitas que me desvíe de tus mandamientos!
¡Ojalá mis caminos sean firmemente establecidos, para guardar tus estatutos!
Una sola cosa he pedido a Jehová, y ésta buscaré; que more yo en la Casa de Jehová todos los días de mi vida, para mirar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su Templo.
deléitate también en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón.
La esperanza de los justos parará en alegría; mas la expectación de los inicuos perecerá.
Hay quien esparce y sin embargo acrecienta; los hay también que retienen más de lo justo, y con todo van a parar en la indigencia.
Cuando muere el hombre malo se acaba su esperanza, y la expectación de los inicuos perecerá.
Los pensamientos de los justos son equitativos; pero los manejos de los inicuos son fraudulentos.
Del fruto de su misma boca el hombre bueno comerá el bien; pero el alma de los disimulados se hartará de violencia.
Con mi alma te he deseado en la noche, y con mi espíritu en medio de mí madrugo para buscarte; porque cuando tus juicios están en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia.
En cuanto a mí, no me he retirado de apacentar tu grey en pos de ti, ni he deseado que venga el día de desesperación; tú, Señor, lo sabes; lo que salió de mis labios delante de tu rostro estaba.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados.
sino cierta horrenda expectación de juicio, y un ardor de fuego, que devorará a los adversarios.