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Proverbios 10:1 - Biblia Version Moderna (1929)

PROVERBIOS de Salomón: El hijo sabio alegra a su padre; pero el hijo insensato es el pesar de su madre.

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Biblia Reina Valera 1960

Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los proverbios de Salomón: Un hijo sabio trae alegría a su padre; un hijo necio trae dolor a su madre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Proverbios de Salomón. Un hijo sabio es la alegría de su padre; un hijo insensato es la amargura de su madre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Proverbios de Salomón. El hijo sabio regocija a su padre, el hijo necio entristece a su madre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre; pero el hijo necio es tristeza de su madre.

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Proverbios 10:1
16 Tagairtí Cros  

Y habló Salomón tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil y cinco.


PROVERBIOS de Salomón, hijo de David, rey de Israel:


EL hijo sabio oye la amonestación de su padre; pero el escarnecedor no escucha la reprensión.


El hijo sabio alegra al padre; pero el hombre insensato desprecia a su madre.


Quien engendra a un insensato es para pesar suyo, y el padre del insensato no tiene alegría.


El hijo insensato es el enojo de su padre, y la amargura de aquella que le dió a luz.


La mayor calamidad del padre es el hijo insensato; y las contiendas de la mujer son como buna gotera incesante.


ESTOS también son proverbios de Salomón, que transcribieron los hombres de Ezequías rey de Judá:


¡Se sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; así tendré qué responder al que me vitupere!


La vara y la reprensión dan sabiduría; pero el muchacho dejado al gobierno de sí mismo, avergüenza a su madre.


Corrige a tu hijo, y te dará descanso; sí, dará deleite a tu alma.


El que ama la sabiduría alegra a su padre; mas aquel que se acompaña con las rameras, malrota su hacienda.


¶Y además, por cuanto era sabio el Predicador, siguió enseñando al pueblo la ciencia, y puso atención, y escudriñó, y compuso muchos proverbios.


¿Y quién sabe si será un sabio o un insensato? y sin embargo, él será señor de todo mi trabajo en que yo me he afanado, y en que he mostrado mi sabiduría debajo del sol. ¡Esto también es vanidad!