Mas he aquí siete espigas vacías, marchitas y abrasadas del solano, que crecían después de ellas:
Oseas 8:7 - Biblia Version Moderna (1929) Porque sembraron el viento, y segarán el torbellino, no tendrán mies; su espiga no dará harina; y si acaso la diere, los extraños la devorarán. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán. Biblia Nueva Traducción Viviente »Sembraron vientos y cosecharán torbellinos. Los tallos de grano se marchitan y no producen nada para comer. Y aun si hubiera grano, lo comerían los extranjeros. Biblia Católica (Latinoamericana) Como siembran vientos, cosecharán tempestades. Su trigo no echará espigas, la espiga no dará harina; y si llega a dar algo, se la comerán los extranjeros. La Biblia Textual 3a Edicion Sembraron viento y cosecharán tempestades, La mies no se logrará, ni la espiga producirá harina,° Y si acaso la produce, la engullirán los extraños. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Siembran vientos, recogerán tempestades. El trigo no tiene espiga, no produce harina; y si la produjera, los extraños se la tragarían. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque sembraron viento, torbellino segarán; no tendrán mies, y la espiga no dará harina, y si la diere, extraños la tragarán. |
Mas he aquí siete espigas vacías, marchitas y abrasadas del solano, que crecían después de ellas:
Vino Pul rey de Asiria contra la tierra; y Manahén dió a Pul mil talentos de plata para que su mano estuviese con él, a fin de afianzar el reino en su poder.
En los días de Peca rey de Israel, vino Tiglat-pilneser rey de Asiria, y tomó a Ijón, y a Abel-bet-maaca, y a Janoa, y a Cades, y a Hazor, y a Galaad, y a Galilea, y a toda la tierra de Neftalí; y deportó los habitantes a Asiria.
Conforme yo mismo lo he visto, los que aran la iniquidad y siembran los agravios, de lo mismo siegan.
Quien siembra la iniquidad segará la calamidad; y la vara de su ira se acabará.
Y este también es un mal muy grave, el que justamente como vino, así mismo tenga que ir. ¿Qué provecho pues le queda a aquel que ha trabajado por alcanzar el viento?
En el día que los plantares, los harás crecer, y por la mañana harás que tus plantas echen su flor; pero huirá la mies en un día de tristeza y de dolor desesperado.
¿Por qué gastáis dinero por lo que no es pan, y os afanáis por lo que no os puede satisfacer? ¡Escuchadme con atención y comed lo que es bueno, y deléitense vuestras almas en grosura!
¡Pues he aquí que Jehová con fuego vendrá, y como torbellino, sus carros de guerra; para devolver su ira con ardiente indignación, y su reprensión con llamas de fuego!
Sembraron trigo, y segaron espinos; sé han cansado con trabajos, mas nada aprovecharán: y seréis avergonzados de vuestros productos, a causa de la ardiente indignación de Jehová.
La herencia nuestra ha pasado a nuestros enemigos, y nuestras casas a los de tierra extraña.
Por tanto volveré a quitarle mi trigo a su sazón, y mi vino en su tiempo señalado; y arrebataré mi lana y mi lino, que debieran de cubrir su desnudez.
Los extraños han devorado su fuerza, mas él no lo sabe; también las canas le salen, esparcidas aquí y allí, mas él no lo sabe.
Herido de maldición ha sido Efraim; su raíz se ha secado; no volverán a dar fruto: y aunque tuvieren hijos, yo daré muerte al amado fruto de sus entrañas.
¡Jehová es lento en iras y grande en poder, y de ningún modo tendrá por inocente al rebelde! ¡Jehová tiene su camino en el torbellino y en la tempestad, y las nubes son el polvo de sus pies!
Sembráis mucho, mas recogéis poco; coméis, pero no os hartáis; bebéis, mas no os saciáis, os arropáis, pero no entráis en calor; y el que gana salario, lo gana para echar en saco roto.
No os engañéis; Dios no se deja burlar: porque todo cuanto el hombre sembrare, eso también segará.
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas aquel que siembra para el espíritu, del espíritu segará vida eterna
El fruto de tu tierra y todas tus labores, lo comerá un pueblo que tú no conoces; y nunca serás sino oprimido y quebrantado todos los días;