Y Abram pasó por la tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encinar de Moré. Y el Cananeo estaba entonces en la tierra.
Oseas 6:9 - Biblia Version Moderna (1929) Y al modo que las cuadrillas de bandidos asechan a los hombres, así bandas de sacerdotes matan por el camino de Siquem: pues que cometen execrable maldad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y como ladrones que esperan a algún hombre, así una compañía de sacerdotes mata en el camino hacia Siquem; así cometieron abominación. Biblia Nueva Traducción Viviente Los sacerdotes forman bandas de asaltantes que esperan para emboscar a sus víctimas. Asesinan a los viajeros en el camino a Siquem y cometen toda clase de pecados. Biblia Católica (Latinoamericana) Como una banda de salteadores, los sacerdotes se juntan para asaltar a los que pasan por el camino de Siquem: lo que hacen es una vergüenza. La Biblia Textual 3a Edicion Como salteadores al acecho de un hombre, Así bandas de sacerdotes asesinan por el camino a Siquem, Cometiendo execrable maldad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como una emboscada de bandidos, así es la horda de los sacerdotes: asesinan en el camino de Siquén realmente es infame su conducta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y como ladrones que acechan a un hombre, así una cuadrilla de sacerdotes, en consentimiento asesina en el camino; porque cometen vileza. |
Y Abram pasó por la tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encinar de Moré. Y el Cananeo estaba entonces en la tierra.
¶Jeroboam entonces edificó a Siquem, en la serranía de Efraim, y habitó en ella; y de allí salió, y edificó a Penuel.
¶Enseguida levantamos el campamento, partiendo del río Ahava el día doce del mes primero, para ir a Jerusalem: y la mano de nuestro Dios estaba con nosotros, y nos libró de mano del enemigo, y de quien asechaba en el camino.
También Jehová me dijo: Se ha descubierto una conjuración entre los hombres de Judá, y entre los habitantes de Jerusalem:
Conjuración de sus profetas hay en medio de ella: como león rugiente que arrebata la presa, ellos devoran almas; se apoderan de tesoros y cosas preciosas; multiplican las viudas en medio de ella.
Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa, derramando sangre, y destruyendo almas, a fin de obtener ganancias injustas.
Hombres hay en ti que usan de calumnias a fin de derramar sangre; y en ti están los que comen sobre los montes: execrable maldad han cometido en medio de ti.
Y así pondré término a tu execrable lascivia, y a tu fornicación traída de la tierra de Egipto; de modo que no alzarás más tus ojos a los ídolos, y no te acordarás más de Egipto.
Ahora pues descubriré sus deshonestidades a la vista de sus amantes; y no habrá quien la libre de mi mano.
¡No hay más que perjurio, y mala fe, y homicidio, y hurto y adulterio! ¡rompen por todo; y un charco de sangre toca a otro!
¡OÍD esto, oh sacerdotes! ¡escuchad también, los de la casa de Israel; y los de la casa del rey, prestad oído; porque este juicio es para vosotros! puesto que vosotros habéis sido un lazo en Mizpa, y una red tendida sobre el Tabor.
¡Se han abismado en el degüello estos apóstatas! por tanto traeré el castigo sobre todos ellos.
CUANDO yo quería sanar a Israel, entonces se puso en descubierto la iniquidad de Efraim y las maldades de Samaria: porque practican el fraude, y el ladrón pasa hacia adentro, mientras que una tropa de bandidos despoja por fuera.
¡Oíd pues esto, cabezas de la casa de Jacob, y magistrados de la casa de Israel; los que tenéis en abominación el juicio justo, y pervertís toda forma de equidad:
El hombre piadoso perecido ha de la tierra, y no hay ya recto entre los hombres; todos ellos ponen asechanzas para derramar la sangre, cazan cada cual a su hermano con una red;
Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces son lobos nocturnos: nada reservan hasta la mañana.
Y DOS días después era la Pascua y la fiesta de los Ázimos: y los jefes de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo, prendiéndole con artificio, le harían morir.
¶Por tanto los jefes de los sacerdotes y los fariseos reunieron el Sinedrio, y dijeron: ¿Qué hacemos? porque este hombre hace muchos milagros.
Ellos entonces, cuando lo oyeron, levantaron unánimes la voz a Dios, diciendo: ¡Señor! tú eres el Dios que hiciste el cielo, y la tierra, y el mar, y todo cuanto hay en ellos;